Sólo formando una gran coalición que reúna a movimientos como el sindical, el LGTBI, el feminista, en el que participen ciudadanos y ciudadanas del campo y la ciudad y que trabaje en un proyecto de nación, la sociedad brasileña puede salir del atolladero en que está, dijo a La Rel Paulo Paim, vicepresidente de la Comisión de Derechos Humanos del Senado, un viejo amigo y compañero del estado de Rio Grande del Sur que viene del movimiento sindical.