Este 17 de mayo, vestido de negro, el independentista puertorriqueño Óscar López Rivera recorrió un pequeño trecho del camino que va costeando el océano que baña San Juan, para llegar, entre abrazos, lágrimas, gritos y algarabía, al lugar donde, junto a su hija Clarisa, iba a dar su primera conferencia de prensa como hombre libre.