En una zona de España en la que la crisis no se hace sentir, al menos en el turismo, las empresas hoteleras tensan al máximo la cuerda del aguante de los trabajadores, en particular de su categoría más vulnerable, el de las camareras de piso, acentuando la tercerización y la precarización y aumentando los ritmos de labor. La Rel reproduce a continuación una nota publicada en abril último en la página web Canarias semanal.