01
Marzo
2016
España | HRCT | CAMARERAS

Un libro bandera

En Montevideo, Daniel Gatti
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Ernest Cañada | Foto: Gerardo Iglesias

En poco tiempo, “Las que limpian los hoteles” agotó su primera edición y está en imprenta la segunda. La Rel habló con su autor, Ernest Cañada, para quien el éxito del libro se debe, entre otros factores, a que las propias camareras de pisos -sus protagonistas- lo hicieron suyo.
“El trabajo de las camareras de piso es esencial para el funcionamiento del sector turístico. Pero es muy poco lo que los huéspedes de los hoteles saben de ellas. (…)

Tampoco el gran público es consciente de la dureza de su trabajo, y de que tras 20 o 25 años de profesión es difícil encontrar a una de ellas que no padezca fuertes dolores, que no esté sometida a un estado de estrés grave o que no necesite medicarse a diario para poder aguantar su jornada laboral”.

Así comenzaba la nota con la cual Ernest Cañada, coordinador del colectivo Alba Sud, estrenaba espacio en un blog de El País el 30 de julio de 2014.

Ernest ya venía publicando artículos al respecto en La Rel, pero ese era el primero que enviaba para el conocido diario madrileño.

Poco después, la UITA lanzaba su campaña internacional por la dignificación de las condiciones de trabajo de las camareras de piso, y Cañada se convertía en uno de sus puntales en España.

En 2015, ante una iniciativa de Gerardo Iglesias, Alba Sud, la Regional Latinoamericana de la UITA y las centrales sindicales españolas UGT y Comisiones Obreras (CCOO) se ponían de acuerdo para compilar las distintas entrevistas realizadas por Cañada a lo largo de meses, pariendo el libro “Las que limpian los hoteles. Historias ocultas de precariedad laboral”, que Icaria se encargaría de editar.

El resultado fue espectacular.

“Con el libro pasó lo mismo que había pasado, a bastante menor escala, cuando publiqué las primeras notas sobre la terrible situación de las camareras de pisos en El País.

Las trabajadoras se reconocían en esas historias y las difundían. Ahora el fenómeno fue mucho mayor porque se inscribió en el marco de una campaña internacional muy fuerte”, dijo Ernest a La Rel desde España.

El formato libro colabora, porque “condensa, hace visible una problemática, mucho más sin duda que entrevistas aisladas o desperdigadas”.

Impacto masivo
La redes sociales como multiplicadoras
Según consignó el investigador, las intervenciones en medios de comunicación de todo tipo y el alcance relacionadas con la temática del libro han superado las 200.

Esta misma semana, por ejemplo, la repetidora sevillana de la Cadena Ser, uno de los medios radiales más importantes de España, se interesó por el trabajo porque un grupo de camareras de piso llamó a una locutora de la emisora.

“Hay mujeres que están poniendo en su perfil de Facebook la portada del libro, lo difunden, lo presentan como ‘nuestro libro’, y eso emociona y se agradece”.

Las redes sociales jugaron como un multiplicador. Un grupo de Facebook animado por camareras de piso, Las Kellys, surgió como consecuencia del artículo publicado en El País de Madrid: hoy son 3.000 las trabajadoras del sector que lo suscriben.

Si ese fenómeno, el de la apropiación del libro por sus protagonistas, fue posible, piensa Cañada, es porque “Las que limpian los hoteles” echó luz sobre un sector de trabajadores numéricamente muy importante en la península y cuya situación se desconocía casi por completo.

Otro punto a destacar es la fuerte implicación de CCOO y UGT, fundamentalmente sus federaciones del sector servicios, “que han dado señales muy claras de compromiso con este colectivo obrero”.

Mostrando la realidad
Lejos del glamour
Fue como un revulsivo. Las 26 trabajadoras entrevistadas describieron en detalle una realidad de explotación y abuso, de menoscabo laboral y desprecio.

“Hasta hace muy poco no sólo eran invisibles sino que su imagen estaba totalmente distorsionada. Cuando buscabas en Google imágenes de camareras de pisos, por ejemplo, te aparecía una mujer blanca, sonriente, descansada.

Los propios medios alternativos y sindicales debíamos recurrir a estas imágenes porque no había otras”, apunta Cañada.

El autor trae a colación –porque las propias trabajadoras se lo citaron– Maid in Manhattan, un filme en que la actriz Jennifer López encarna a una camarera de hotel que tiene tiempo para enamorar a un cliente, probarse vestidos y aparecer siempre linda. “Cuánto daño nos ha hecho esa película”, le dijo una camarera.

Su realidad cotidiana está hecha, por el contrario, de trabajos a destajo, enfermedades continuas, precariedad, pésima remuneración y desconocimiento de sus derechos por parte de sus empleadores.

Un sector bipolar
Más ganancias en un extremo, precarización en otro
En España la combinación de la crisis y de la presión de la Unión Europea habilitaron una ofensiva patronal que condujo a un cambio radical en las relaciones laborales y en los ingresos y condiciones de labor de los trabajadores.

Al cabo de pocos años, el sector de la hotelería fue uno de los primeros en recuperarse.

Las ganancias volvieron a llenar rápidamente los bolsillos de los empresarios, que ya habían hecho ajustes en sus plantillas, ayudados además por una reforma laboral que les facilitó tercerizar, despedir, bajar sueldos, reprimir incipientes estructuras gremiales, poner a competir unos trabajadores con otros: en una palabra, precarizar.

Entre las camareras de piso disminuyó, por ejemplo, el porcentaje de fijas y aumentó el de eventuales, entre las que pesan particularmente las migrantes (ecuatorianas, bolivianas, dominicanas, filipinas, europeas del este).

“Las migrantes son las primeras que echan. Luego las recontratan como externas, y pueden llegar a ver sus salarios pasar de un día al otro de mil a 600 o 700 euros, por ocho horas de labor.

Una de las lógicas de las empresas de este sector ha sido segmentar y dividir a las trabajadoras entre distintos tipos de contrato y por su lugar de origen, poniendo a unas contra otras, a las eventuales contra las fijas, a las españolas contra las extranjeras”, destaca Cañada.

Muchas camareras precarias
Y el gobierno contra los sindicatos
Entre las alrededor de 100 mil camareras de piso que laboran en España la sindicalización es muy baja.

“No hay que olvidar que los sindicatos han sido objeto en los últimos años de una ofensiva tremenda para desprestigiarlos, de parte del gobierno, de parte de los empresarios, y esa ofensiva ha hecho sin duda mella en muchos trabajadores, en especial los más precarizados y los que tienen menos formación”, apunta Cañada.

Las que limpian los hoteles, obviamente, no ha revertido la tendencia ni lo hará -¿cómo podría hacerlo un libro?- pero ha contribuido a mejorar la imagen de los sindicatos en el colectivo y a potenciar el papel de las dirigentes gremiales.

“En las charlas que ofrecemos algo notable es la presencia permanente de trabajadoras, tanto sindicalizadas como no sindicalizadas”, dice Ernest.

Y agrega: “se siente que han surgido fuertes liderazgos naturales entre ellas. Tanto que se hace indispensable que las camareras y sus organizaciones tengan un mayor peso directo en la dirección de la propia campaña internacional”.

Denunciar no basta
Ir más allá
El primer objetivo de la campaña –y por ende del libro-, que era dar visibilidad a este colectivo y denunciar su marginación, se ha ampliamente cumplido.

Es como si hubiéramos apretado un granito que estaba a punto de reventar y el pus brotó. Se ha generado debate público, impacto mediático, bastante más de lo que se estimaba inicialmente”.

Pero no es suficiente.

El segundo paso debería ser cambiar la realidad: por un lado en los lugares de trabajo, negociando nuevos convenios colectivos, y por otro a nivel político, apuntando a modificar la actual legislación laboral, sostiene el investigador.

“Es necesario que la opinión pública presione para que haya cambios legislativos”, y para ello son indispensables en primer lugar sindicatos fuertes, que tengan un contacto renovado con sus bases, que empaticen con ellas, abunda.

Sorpresa y reconocimiento
El factor latino
El hecho que el puntapié inicial de la campaña en favor de las camareras de pisos se haya dado en América Latina provocó primero sorpresa y luego un fuerte reconocimiento, dice Cañada.

“Muchos no conocían ese origen latino de la campaña, que haya sido lanzada por la Rel-UITA, pero una vez que lo supieron el efecto fue muy interesante.

La preocupación del Sindicato UTHGRA de Argentina y de la Rel-UITA ha sido un elemento de educación política muy importante que merece la pena ser rescatado”, concluye el autor de Las que limpian los hoteles.