El gobierno brasileño puso en venta al país. Para ello anunció un plan de privatizaciones, entregando a disposición del sector privado 57 activos púbicos, entre empresas, terminales aeroportuarias, líneas eléctricas y autopistas. El presidente del Movimiento de Justicia y derechos Humanos (MJDH) de Porto Alegre y asesor de la Rel-UITA Jair Krischke considera que el país está siendo literalmente liquidado.