El Estado debe adoptar medidas urgentes para garantizar la seguridad de los amenazados y las amenazadas, realizar una investigación efectiva para identificar a todos los responsables por este crimen y tomar medidas para asegurar que no ocurran de nuevo hechos similares.

El pasado 17 de febrero en Uruguay un autodenominado “Comando Barneix” amenazó de muerte desde la clandestinidad a trece luchadores por los DDHH, entre ellos a nuestro compañero y amigo Jair Krischke. Con él actualizamos aquí las derivaciones de este hecho.

Legisladores brasileños promovieron iniciativas para que los poderes públicos de su país y la región se solidaricen con Jair Krischke, presidente del Movimiento de Justicia y Derechos Humanos de Brasil, amenazado de muerte junto a otras 12 personas por un comando paramilitar uruguayo por su actuación durante los años de dictadura en el Cono Sur latinoamericano.

El asesor y amigo de la Regional forma parte de una lista de 12 profesionales y activistas amenazados por el denominado “Comando Barneix” que busca mediante intimidaciones que cesen los juicios a varios militares retirados por crímenes cometidos durante la pasada dictadura en el país