Por segunda ocasión tuve el enorme placer y privilegio de visitar a Oscar López Rivera en la cárcel. Cuando lo hice por primera vez, en 2014, acompañada de Alejandro Torres Rivera, me quedé con las ganas de seguir hablando con él. No lo pensé mucho en cuanto tuve la oportunidad de ir de nuevo, esta vez junto a Noel Colón Martínez, compañero de varios periplos, y de la abogada de Oscar, Jan Susler.