25
Mayo
2016
“El 90 por ciento de las camareras de piso de los hoteles trabajamos medicadas”
Como Carolina, que se siente “explotada e invisible”, hay 1.250 trabajadoras en Sevilla
Nicol Jiménez | El Correo de Andalucía
Carolina Martín y María del Carmen León, camareras de piso de la industria hotelera | Foto: José Luis Montero
Las camareras de piso, las que limpian los hoteles, están en plena campaña para mejorar sus precarias condiciones de trabajo. Bajos sueldos, sobrecarga de tareas y enfermedades laborales no reconocidas. En definitiva, estas 1.250 trabajadoras de Sevilla –15.000 en toda Andalucía– denuncian “abusos” y “explotación”.
Son mujeres (cuyo sueldo suele ser el pilar de la familia) que solían pertenecer al departamento con más plantilla de los hoteles, pero ahora la mayoría ha pasado a formar parte de empresas de multiservicios “que se han convertido en la lacra de esta profesión”.
De la mano de CCOO, denuncian que son “invisibles” para la patronal hotelera, para los clientes, para los políticos... y que ni siquiera las enfermedades musculares y óseas ligadas a las duras cargas de trabajo que soportan están incluidas en la lista de padecimientos profesionales.
“Se están aprovechando de la precaria situación laboral de madres de familia con mucha presión”, critica Josefa Cuaresma, secretaria general de Servicios en CCOO en la provincia de Sevilla, quien asegura que la reforma laboral propició que los hoteles contratasen a empresas de multiservicios para la limpieza de las habitaciones, por lo que estas mujeres ya no están bajo el paraguas del convenio de la hostelería.
“Las condiciones de trabajo son mucho más precarias”, asevera. Un ejemplo: Carolina Martín denunció a una de estas empresas porque la diferencia salarial entre su convenio y el de la hostelería de Sevilla era, en dos años, de 10.000 euros. Y no sólo eso. “Si el salario antes era de 900 euros, ahora es de 700 o 750 euros, siendo el mismo trabajo”, indica Cuaresma.
“Además, con esas empresas eres limpiadora, no camarera de piso, así que pierdes la categoría. Y si antes hacíamos en ocho horas unas 20 habitaciones, ahora tenemos que hacer con un contrato de seis horas 15 habitaciones al día que acaban siendo 18”, afirma Carolina Martín. “Es físicamente imposible hacer ese número en seis horas”, denuncia.
“Lo razonable es que cada hotel tenga su plantilla y que paguen por horas, no por habitaciones porque eso es ilegal”, argumenta tras señalar que todas ellas tienen “mucho miedo a perder el trabajo”.
“En muchos casos es el único ingreso familiar”, explica tras remarcar que ellas no deberían avergonzarse por el trabajo que hacen “sino que tiene que ser el empresario el que se avergüence por permitir estas condiciones de explotación”. “Es un trabajo que, como nadie ve, nadie reconoce”, lamenta.
En la misma situación está María del Carmen León. “El abuso y la explotación se han apoderado de esta profesión”, defiende esta trabajadora que, con 51 años, lleva más de 30 haciendo camas, limpiando cuartos de baño y ordenando mesillas. Lleva tres meses de baja. “Salimos, no cansadas, sino destrozadas del trabajo”. La causa, las condiciones de trabajo.
“El 90 por ciento de las camareras de piso vamos al trabajo medicadas. Antiinflamatorios, relajantes musculares y, al día siguiente, a trabajar. No nos asusta el trabajo, pero no es normal la sobrecarga que sufrimos.
Los colchones cada vez son más gruesos, la ropa de cama cada día es más pesada, numerosa y voluminosa, todo va remetido, se han incluido en la limpieza y reposición cafeteras monodosis, teteras, platos, cucharas..., en los cuartos de baño hay más y más detalles y que no se te ocurra poner la pegatina del papel higiénico al revés. Todo en un tiempo récord y tirando del carro, de la fregona, de la aspiradora...”.
Y así llegan las lesiones en las rodillas, en cervicales, lumbares y muñecas.
De la mano de CCOO, denuncian que son “invisibles” para la patronal hotelera, para los clientes, para los políticos... y que ni siquiera las enfermedades musculares y óseas ligadas a las duras cargas de trabajo que soportan están incluidas en la lista de padecimientos profesionales.
“Se están aprovechando de la precaria situación laboral de madres de familia con mucha presión”, critica Josefa Cuaresma, secretaria general de Servicios en CCOO en la provincia de Sevilla, quien asegura que la reforma laboral propició que los hoteles contratasen a empresas de multiservicios para la limpieza de las habitaciones, por lo que estas mujeres ya no están bajo el paraguas del convenio de la hostelería.
“Las condiciones de trabajo son mucho más precarias”, asevera. Un ejemplo: Carolina Martín denunció a una de estas empresas porque la diferencia salarial entre su convenio y el de la hostelería de Sevilla era, en dos años, de 10.000 euros. Y no sólo eso. “Si el salario antes era de 900 euros, ahora es de 700 o 750 euros, siendo el mismo trabajo”, indica Cuaresma.
“Además, con esas empresas eres limpiadora, no camarera de piso, así que pierdes la categoría. Y si antes hacíamos en ocho horas unas 20 habitaciones, ahora tenemos que hacer con un contrato de seis horas 15 habitaciones al día que acaban siendo 18”, afirma Carolina Martín. “Es físicamente imposible hacer ese número en seis horas”, denuncia.
“Lo razonable es que cada hotel tenga su plantilla y que paguen por horas, no por habitaciones porque eso es ilegal”, argumenta tras señalar que todas ellas tienen “mucho miedo a perder el trabajo”.
“En muchos casos es el único ingreso familiar”, explica tras remarcar que ellas no deberían avergonzarse por el trabajo que hacen “sino que tiene que ser el empresario el que se avergüence por permitir estas condiciones de explotación”. “Es un trabajo que, como nadie ve, nadie reconoce”, lamenta.
En la misma situación está María del Carmen León. “El abuso y la explotación se han apoderado de esta profesión”, defiende esta trabajadora que, con 51 años, lleva más de 30 haciendo camas, limpiando cuartos de baño y ordenando mesillas. Lleva tres meses de baja. “Salimos, no cansadas, sino destrozadas del trabajo”. La causa, las condiciones de trabajo.
“El 90 por ciento de las camareras de piso vamos al trabajo medicadas. Antiinflamatorios, relajantes musculares y, al día siguiente, a trabajar. No nos asusta el trabajo, pero no es normal la sobrecarga que sufrimos.
Los colchones cada vez son más gruesos, la ropa de cama cada día es más pesada, numerosa y voluminosa, todo va remetido, se han incluido en la limpieza y reposición cafeteras monodosis, teteras, platos, cucharas..., en los cuartos de baño hay más y más detalles y que no se te ocurra poner la pegatina del papel higiénico al revés. Todo en un tiempo récord y tirando del carro, de la fregona, de la aspiradora...”.
Y así llegan las lesiones en las rodillas, en cervicales, lumbares y muñecas.
Externalización de servicios que se achaca a la crisis
El gerente de la Asociación Hotelera de Sevilla, Santiago Padilla, asegura que las camareras de piso son parte importante del engranaje de un hotel y que éstos son los más interesados en preservar mejor su salud laboral.
Pero también remarca que la tendencia del mercado laboral ha hecho que prolifere, en todos los sectores, la externalización de servicios y, por ende, la contratación de empresas como las de multiservicios.
“La estacionalidad del turismo hace que las empresas busquen fórmulas para hacer variables costes fijos”, indica. En su opinión, la crisis y la caída de ingresos hicieron que los empresarios recortasen costes, aunque “el convenio del sector tiene una parte laboral acordada por todos”.
En contra, las camareras de piso recuerdan que el turismo registra cifras récord en Andalucía y España y que la industria hotelera “no ha sufrido realmente la crisis, aunque sí se aprovecha de ella”.
En este contexto, existe una campaña mundial para fomentar el trabajo digno de las camareras de piso, siendo una de sus actividades la presentación del libro Las que limpian los hoteles. Historias ocultas de precariedad laboral (Icaria Editorial) de Ernest Cañada.
Una radiografía de la vida laboral de estas mujeres que denuncian los convenios estatales de empresas de multiservicios fraudulentos y elaborados sólo para realizar las operaciones de externalización.
CCOO pide, entre otras medidas, reforzar la Inspección de Trabajo, la derogación de las reformas laborales, una campaña de información para que puedan jubilarse anticipadamente y que los problemas de salud del colectivo se incluyan en el catálogo de enfermedades profesionales.