04
Septiembre
2017

Vergüenza

Manuel Bonmati
 

El Mediterráneo ha pasado de ser una de las grandes cunas de la civilización humana a ser una gran fosa común de seres que huyen de la miseria, la pobreza, las guerras y de sociedades inestables sacudidas por la violencia política, económica y el fanatismo religioso.

Europa, ante este drama humanitario mira para otro lado o peor aún,  financia y entrena a países de una muy cuestionable calidad democrática  como Turquía y otros de Oriente Medio y del África Subsahariana, en su papel de gendarmes migratorios y el desplazamiento de refugiados.

El continente se va deteriorando en el ejercicio práctico de los valores democráticos y de justicia que ha venido construyendo desde la segunda guerra mundial, aceptando que los intereses del nuevo capitalismo financiero internacional condicione su política.

La primera reacción que tiene uno ante esto es sentir vergüenza de ser europeo y la segunda es seguir en el compromiso de sumar voluntades para luchar contra un estado de cosas del que sólo se puede esperar desesperanza para los trabajadores, vivan donde vivan.