02
Febrero
2016
Día de Iemanjá
La diosa
Eduardo Galeano
La noche de Iemanjá, toda la costa es una fiesta. Bahía, Río de Janeiro, Montevideo y otras orillas celebran a la diosa de la mar.
La multitud enciende en la arena un lucerío de velas y arroja a las aguas un jardín de flores blancas y también perfumes, collares, tortas, caramelos y otras coqueterías y golosinas que a ella tanto le gustan.
Entonces los creyentes piden algún deseo a Iemanjá: El mapa del tesoro escondido, La llave del amor prohibido, El regreso de los perdidos, La resurrección de los queridos. Mientras los creyentes piden, sus deseos se realizan.
Quizás el milagro no dura más que las palabras que lo nombran, pero mientras ocurra esa fugaz conquista de lo imposible, los creyentes son luminosos y brillan en la noche.
Cuando el oleaje se lleva las ofrendas, ellos retroceden, de cara al horizonte, por no dar la espalda a Iemanjá. Y a paso muy lento regresan a la ciudad, al desamparo.
Eduardo Galeano
Patas arriba- La escuela del mundo al revés
Fotos: Gerardo Iglesias