18
Agosto
2017

La agricultura familiar, esa gran desconocida

En Brasilia, Gerardo Iglesias
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Alberto Broch

Electo secretario general de la Confederación de Productores Familiares del Mercosur Ampliado (COPROFAM) en la décima asamblea del organismo, realizada el 15 de julio en Montevideo, Broch habló con La Rel sobre la situación de la agricultura familiar en América Latina y sus desafíos.
-¿Qué balance haces de este encuentro?
-Hubo un buen diálogo interno entre los representantes de las nueve organizaciones afiliadas en siete países sudamericanos. También participaron autoridades regionales, como el nuevo director de la FAO para América Latina y el Caribe, funcionarios del FIDA, el ministro de Agricultura de Uruguay, entre otros.

Participó una nutrida delegación de países de América Central (El Salvador, Guatemala, Costa Rica, Honduras), que vinieron a observar la experiencia de la COPROFAM y quieren establecer un intercambio de ideas.

Luego, en la asamblea final, construimos una lista unitaria y asumí como secretario general, que en COPROFAM equivale a ser presidente.

Estoy muy honrado con la confianza en mí depositada y consciente de que este es también un rol que conlleva mucha responsabilidad.

Ganar en visibilidad
Los estados no entienden ni ayudan
-Mencionabas los desafíos para la agricultura familiar. ¿Cuáles son?
-Son muchos.

Primeramente, no todos los gobiernos de los países de América Latina comprenden de qué se trata la agricultura familiar.

Es necesario, por ende, y como primer desafío, dar visibilidad a la agricultura familiar para obtener el reconocimiento de los estamentos gubernamentales y luego lograr que se definan  políticas específicas que la alienten.

Por otro lado, los estados de los países del Mercosur compran alimentos a empresas privadas, en vez de a los agricultores familiares, que ofrecen alimentos sanos, producidos de forma correcta, respetando derechos y ambiente.

Habría que gestionar que los estados adquieran la producción de la agricultura familiar.

Hemos tenido en Brasil también algunas experiencias con el crédito, el seguro agrícola y hay en el Mercosur un espacio, la Reaf, para discutir sobre la agricultura familiar, ligada a la soberanía alimentaria.

Desafortunadamente, con la actual coyuntura política en América Latina se viene dando un proceso de retroceso en estas políticas públicas, en especial en Brasil, Argentina y Paraguay.

El problema de la tenencia de la tierra
Concentración y extranjerización
-¿Y qué pasa con los Tratados de Libre Comercio (TLC)?
-Los países que tienen TLC no contemplan ni salvaguardan la agricultura familiar. Son modelos neoliberales que exportan commodities e importan alimentos y en el medio dinamitan a la producción agrícola nacional.

América Latina, además, tiene la más alta y vergonzosa concentración de tierra. Brasil es campeón en eso, pero Colombia y otros países más pequeños del continente no están tan lejos.

Es un proceso que genera mucha violencia. Es sabido de las matanzas que hay en Brasil por los conflictos agrarios, y también en Colombia, en Honduras, en Guatemala.

A eso hay que sumarle el creciente proceso de extranjerización de la tierra. En Uruguay y Argentina hay estudios que comprueban que cerca del 30 por ciento del territorio está en manos de extranjeros (brasileños, chinos o estados).

En Brasil no podemos realizar este tipo de estudios porque no hay acceso a los datos.

También está el acuciante tema del cambio climático, que incide en los ciclos de producción e involucra la sustentabilidad ambiental.

En Brasil tenemos una agricultura plagada de agrotóxicos.

Se debe hacer una especie de transición hacia una agricultura agroecológica, porque no podemos pretender cambiar de la noche a la mañana lo que enseñamos a los agricultores durante 20 años.

Para eso necesitamos inversiones en investigación, en asistencia técnica, en conocimiento para poder hacer viable esa transición hacia una agricultura amigable con el ambiente y más sana.

Superexplotación de recursos naturales
Hambre para mañana, sin pan para hoy.
-¿Qué hay del avance de la minería? ¿Cómo afecta a la agricultura familiar?
-La minería a cielo es una actividad que destruye suelos y recursos naturales como el agua, y que altera los ciclos biológicos.

Mira lo que sucedió en el municipio de Mariana, en Minas Gerais, donde la empresa Samarco terminó generando el mayor desastre ambiental de los últimos tiempos, matando gente y liquidando el río.

Lo más triste es que ya nadie habla del tema. Sobre la minería hay muy poca regulación estatal y esto es algo primordial, porque las grandes empresas tienen mucha fuerza.

-COPROFAM y Rel-UITA comparten desafíos con relación a la agricultura familiar. ¿Deberíamos pensar en una alianza de trabajo?
-Ahora más que nunca sería fundamental esta sociedad, porque la Rel-UITA tiene una historia de defensa de los derechos de los asalariados, del ser humano, del ambiente, de la soberanía alimentaria.

Es reconocido el trabajo de la Secretaría Regional de la Internacional en temas como el acceso y el derecho al agua y la defensa de este recurso.

La Rel-UITA siempre ha llamado la atención sobre el Acuífero Guaraní, su contaminación y la privatización de este bien común.

Entonces hoy más que nunca una alianza estratégica entre COPROFAM y la Rel-UITA sumaría. Solo falta formalizar esto en un convenio de cooperación.

-Te deseo mucho éxito en esta nueva etapa al frente a la COPROFAM.
-Muchas gracias. Contamos con la Rel-UITA y esperamos en breve compartir además la sede política en Montevideo (sonrisas).

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Fotos: Nelson Godoy