17
Mayo
2016
Argentina | Sindicatos | HRCT

Subvaloradas…

Investigación sobre camareras de piso muestra tendencias globales comunes

En Puerto Iguazú, Gerardo Iglesias
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Mariela McGrath

Mariela es psicóloga, integrante del equipo multidisciplinario encargado de realizar en UTHGRA el muestreo sobre los trastornos y enfermedades que padecen las camareras de piso. En un nuevo lanzamiento de la campaña por la dignificación de este colectivo, charló con La Rel sobre algunos resultados de la investigación.
-¿Cuál es el análisis que haces acerca de los datos relevados en la investigación a nivel global?
-Se ha dado un factor preponderante a la hora de analizar los datos recabados que tiene que ver con la aparición de un círculo vicioso que se repite en la mayoría de los países que participaron de la encuesta.

A partir del tercer año de trabajo como camareras es que se da el quiebre en la salud de estas trabajadoras; allí comienzan los primeros síntomas y si en ese momento no se realizan tareas preventivas seguramente deriven en algún trastorno musculo-esquelético (TME) o en una lesión por esfuerzo repetitivo (LER).

Si este problema no es atacado a tiempo lo que sucede es que se perpetúan las malas prácticas de trabajo y se acentúan las dolencias, sumándose la ansiedad y otros trastornos psicológicos.

El circuito es similar: comienza con trabajadoras con una muy baja autoestima que se incrementa al no reconocerse su tarea, que es además monótona y repetitiva.

Y sigue acompañado por dolores corporales producto de malas posturas, sobrecarga y movimientos repetitivos, sumados al apremio de tener que terminar un elevadísimo número de habitaciones en un corto lapso.

Todos estos factores desencadenan e instalan este círculo vicioso.

Autoestima baja y altos ritmos de trabajo
Un cóctel explosivo
-¿Qué pasa con el ritmo de trabajo impuesto a estas trabajadoras?
-En una de las preguntas de la encuesta está contemplado el número de habitaciones que tienen que hacer y las respuestas son alarmantes.

Generalmente tienen que cumplir con un número muy superior a lo saludable, a lo que se suma una alta carga horaria. La mayoría hace más de 8 horas de trabajo durante 6 días a la semana.

Si bien algunos establecimientos hoteleros aplican correctivos como la gimnasia preventiva, también es cierto que eso no sirve de mucho si los ritmos son tan intensos y extenuantes.

Para esto estamos trabajando en la organización de las tareas de modo que no se requiera un ritmo tan elevado de trabajo sin bajar la calidad del mismo y con énfasis en un proyecto a largo plazo para que merme el número de enfermedades en este colectivo.

No es un dato menor el elevado índice de licencias por enfermedad entre las camareras.

Lo que tiene que entender el empleador es que las licencias médicas generalmente recaen en un costo para él, no solo financiero sino también nivel de la productividad.

-¿Qué dificultades enfrentan las camareras con la patronal?
-El diálogo no es bueno entre las camareras y las gobernantas o la gerencia de los establecimientos hoteleros.

En el caso de Brasil y Asia-Pacífico no existe buena relación con los mandos medios, que en este caso son quienes organizan y distribuyen la tarea. Obviamente que lo hacen como política de cada empresa.

Una mala relación con la gobernanta afecta el clima de trabajo y a la camarera, porque las tareas no se distribuyen de manera equitativa.

En Brasil el 19 por ciento de las camareras no tiene buena relación con su jefe inmediato, en Argentina, sin embargo, este no es un factor de incidencia.

-La campaña internacional de la UITA quita el manto de silencio que había sobre este colectivo, inclusive por parte de los sindicatos del sector, que poco o nada hacían…
-Se hizo visible una problemática que antes no se visualizaba o que sencillamente no se quería ver y en varios países recién ahora los sindicatos toman cartas en el asunto.

El colectivo de las camareras de piso ha sido bastante relegado a la etiqueta de “las que limpian”, cuando en realidad son las encargadas de darle en muchos casos la categoría de cada hotel: como huéspedes lo primero que notamos es la limpieza del lugar, de las habitaciones.

-Una labor subvalorada que realizan personas también subvaloradas…
-Sí y eso se ve en las propias camareras. La muy baja autoestima que hemos detectado entre ellas hace más complejo y más difícil de romper el círculo vicioso que mencionaba al principio.

-¿Qué resultados destacas de la encuesta realizada recientemente en Brasil?
-El 67 por ciento de las camareras encuestadas dice que el trabajo les resulta monótono y repetitivo; el 66 por ciento indica que sufre de ansiedad por causa del trabajo; el 61 por ciento manifestó falta de energía en el desarrollo de la jornada; el 51 por ciento tiene mala calidad del sueño; el 47 por ciento se siente más irascible; el 37 por ciento se automedica para sobrellevar los dolores diarios.

El tema de la automedicación es un denominador común entre las encuestadas de los diferentes países y las proporciones oscilan entre el 37 y 50 por ciento, representando un grave problema al que hay que atacar.

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Fotos: Nelson Godoy