02
Diciembre
2016
Brasil | Sindicatos | HRCT

“No hay nada peor que la izquierda haciendo el juego de la derecha”

Rel-UITA
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Moacyr Roberto Tesch | Foto: Giorgio Trucchi

La situación de la izquierda brasileña y los atropellos y avances de la derecha, con sus correspondientes ataques a los derechos de los trabajadores y trabajadoras, fue el centro de la intervención del presidente de la Confederación Nacional de Trabajadores del Turismo y Hospitalidad (CONTRATUH) en la XV Conferencia Regional de la UITA. La Rel transcribe lo medular de su discurso.
Creo que el avance de la derecha se debe a que la clase obrera no está valorizando su voto.

También es cierto que cuando hemos elegido a gobernantes de izquierda, éstos tampoco pudieron darnos las respuestas que esperábamos.

Muchas veces, en el afán de permanecer en el gobierno, los partidos de izquierda terminan sucumbiendo ante la corrupción y haciendo tratos con la derecha.

Y no hay nada peor que la izquierda haciendo el juego de la derecha. Cuando eso sucede, quienes pagamos los platos rotos somos los trabajadores y las trabajadoras.

La derecha nos está masacrando pero debemos asumir que se debe a que  le dimos ese espacio.

Estamos en una pulseada que ni en la época de los militares se presentó, y eso me da nostalgia de cuando el movimiento sindical brasileño tenía a su frente a una CUT fuerte.

El Congreso se asemeja a un tractor enorme, de esos que son usados para aplastar, y viene arrasando con todos los derechos de la clase obrera.

Está, por ejemplo, por terminar de aprobar un proyecto de enmienda constitucional que congela la inversión pública por 20 años en educación, en salud, etcétera, etcétera.

¿Cómo es posible que un gobierno lleve adelante un proyecto que congele el gasto público por dos décadas, es decir por cinco gestiones más? Si no fuese inconstitucional al menos es inmoral. Pero esto no para aquí.

Tierra arrasada
“Nos están sacando todo”
Teníamos un Consejo de Desarrollo Económico y Social, creado por el presidente Lula da Silva, en el que participaba toda la sociedad.

La primera medida del gobierno de Michel Temer fue despedir a todos aquellos que se decían progresistas o estaban vinculados a la izquierda.

Se ha corrompido la estructura del Ministerio de Trabajo, faltan fiscales, vehículos y locales donde atender las demandas de los trabajadores.

Otro ministerio “de los trabajadores” era el de Previsión Social. Temer lo redujo a una secretaría.

Nos están sacando todo. El Ejecutivo pide y el Legislativo firma, y es acá donde insisto en la culpa de la clase obrera, de nosotros los dirigentes sindicales: nos quedamos en esa historia de no involucrarnos en asuntos de la política partidaria, mientras que los empresarios la financian.

Perdimos la representación de clase cuando la izquierda hizo el juego de la derecha, y nos quedamos ahí esperando a ver qué pasaba.

Actualmente tenemos un movimiento sindical atomizado. En lugar de estar unidos nos estamos peleando entre nosotros. Esta semana será votado el proyecto de ley que permite extender la tercerización a todas las ramas de la producción.

Este proyecto se lanzó el año pasado y todo el movimiento sindical luchó contra su implementación, a lo largo y ancho de los 27 estados del país, pero ahora todo ese trabajo será tirado por la borda.

Nos invitaron a la fiesta…
…pero sin derecho a voz ni réplica
Si miramos hacia el Poder Judicial, la desgracia es aún mayor porque todos los que forman parte de él fueron indicados por los gobiernos progresistas y nos está masacrando.

El presidente del Supremo Tribunal del Trabajo, que por lógica debería representar y defender los intereses de los trabajadores y trabajadoras, tomó la postura clara a favor de los empresarios.

A mediados de este mes se celebrará en Brasil los 70 años de la Justicia Laboral, acto que será organizado y dirigido por dos representantes de la extrema derecha dentro del Supremo. Nos han invitado a la fiesta pero sin derecho a voz ni réplica.

Qué podemos esperar de la Justicia laboral entonces. Todos sabemos de la importancia que tiene el Ministerio Público de Trabajo para nuestras luchas y reivindicaciones, ha sido aliado en muchos casos, pero la misma mano que nos ayuda, también nos golpea cuando firma innúmeros Términos de Ajuste de Conducta (TAC) con las empresas y no da soluciones reales a los trabajadores y trabajadoras.

Estamos pasando por un muy mal momento pero no creo que la culpa sea nuestra, somos rehenes de las malas decisiones del gobierno que elegimos legítimamente.

El movimiento sindical brasileño está anestesiado, no esperábamos esta bomba estallando en nuestras manos y no estamos logrando convocar y movilizar a la clase obrera.

Tendremos que dejar los personalismos de lado, dejar banderas e ideologías políticas para poder defender los derechos de los trabajadores y trabajadoras, pues ese es nuestro objetivo primario y final.

Tenemos que plantearnos qué mundo del trabajo le vamos a legar a nuestros hijos y nietos, tenemos que unirnos aunque sea esta vez en la desgracia. Tenemos que salir del discurso a la acción. ¡Juntos somos fuertes!

Esperamos que la UITA sea nuestra aliada y que no abandone a Brasil, necesitamos a nuestra Internacional ahora más que nunca.

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Foto:Nelson Godoy