22
Marzo
2017
Habla sindicalista despedida en Calvo
Inseguridad industrial, accidentes, agresiones y antisindicalismo
En San Salvador, Gilberto García
Ilustración: Allan McDonald
Dolores Marisol, dirigente sindical de Calvo, fue despedida arbitrariamente tras denunciar las pésimas condiciones de trabajo en la planta de la filial de trasnacional española en El Salvador. “No quieren que se supiera que violan los derechos de sus empleados”, dice esta dirigente gremial.
Todo empezó con la falla del aire acondicionado el 5 de junio de 2016 en la nave industrial de Calvo en la playa de Punta Gorda de La Unión, un gigantesco congelador donde laboran 1.500 personas, en su mayoría mujeres, preparando, limpiando y empacando atún extraído del océano pacífico.
Cuando eso sucedió el enorme congelador se volvió un horno, tal como describieron Dolores Marisol y otras trabajadoras afectadas.
Aparte del aumento progresivo del calor, las trabajadoras laboran con tapabocas, gorros, y un traje impermeable que incluye botas, todo de plástico.
Las labores iniciaron normalmente a las 6 de la mañana y pese a las quejas de las trabajadoras, se continuó laborando hasta 12 del mediodía.
A esa hora el calor del mediodía hizo del ambiente totalmente insoportable a tal punto que muchas trabajadoras empezaron a desmayarse.
Cuando eso sucedió el enorme congelador se volvió un horno, tal como describieron Dolores Marisol y otras trabajadoras afectadas.
Aparte del aumento progresivo del calor, las trabajadoras laboran con tapabocas, gorros, y un traje impermeable que incluye botas, todo de plástico.
Las labores iniciaron normalmente a las 6 de la mañana y pese a las quejas de las trabajadoras, se continuó laborando hasta 12 del mediodía.
A esa hora el calor del mediodía hizo del ambiente totalmente insoportable a tal punto que muchas trabajadoras empezaron a desmayarse.
Las primeras afectadas fueron las embarazadas.
María Dolores García es la encargada de producción de la planta. Es de nacionalidad española, pero las trabajadoras le conocen como “La rusa”, quizás por su estilo marcial y autoritario.
A medida que aumentaba el calor dentro de la planta, los primeros reclamos fueron dirigidas a ella, pero García se negaba rotundamente a evacuar a las trabajadoras, cuyo estado de salud poco a poco fue agravándose.
“Sigan trabajando”
Arbitrariedades cotidianas
Fueron las propias obreras las que sacaron de la planta a las primeras desmayadas, pasando por sobre la autoridad de “La rusa”, que ordenaba seguir trabajando y amenazaba con represalias.
El aire acondicionado venía fallando desde hacía meses, pero las reparaciones eran realizadas con prisa para no detener el proceso de producción, que funciona 24 horas.
La empresa prefería seguir manteniendo bajo riesgos a las trabajadoras a realizar en forma las reparaciones y el mantenimiento del sistema.
Ante eso las directivas sindicales de SITIPA, afiliadas a la FESTSSABHRA y la UITA, presentaron solicitudes de conciliación ante el Ministerio de Trabajo y Previsión Social.
“Es algo inhumano, las personas merecemos respeto”, manifestó Dolores Marisol, quien se convirtió en una de las caras más visibles de la protesta, al firmar las demandas.
Ella ya había sufrido un accidente de trabajo en el área de la cafetería, dentro de la planta, una zona cuyo piso se mantiene húmedo debido a la transpiración que se produce desde abajo y los residuos de aceite existentes.
El aire acondicionado venía fallando desde hacía meses, pero las reparaciones eran realizadas con prisa para no detener el proceso de producción, que funciona 24 horas.
La empresa prefería seguir manteniendo bajo riesgos a las trabajadoras a realizar en forma las reparaciones y el mantenimiento del sistema.
Ante eso las directivas sindicales de SITIPA, afiliadas a la FESTSSABHRA y la UITA, presentaron solicitudes de conciliación ante el Ministerio de Trabajo y Previsión Social.
“Es algo inhumano, las personas merecemos respeto”, manifestó Dolores Marisol, quien se convirtió en una de las caras más visibles de la protesta, al firmar las demandas.
Ella ya había sufrido un accidente de trabajo en el área de la cafetería, dentro de la planta, una zona cuyo piso se mantiene húmedo debido a la transpiración que se produce desde abajo y los residuos de aceite existentes.
Son muchas las trabajadoras que han sufrido caídas en esa zona, que no son reportadas como accidentes industriales. Los gerentes han manifestado que no pueden repararlo porque “la inversión es muy alta”.
Tras su caída, Dolores Marisol acudió a la clínica de la empresa. La doctora, sin ningún examen, le dijo: “yo te veo bien, ni te veo llorando”, y la mandó de vuelta a la producción.
Pero la trabajadora no toleraba estar sentada debido al incesante dolor. A día siguiente el Seguro Social de La Unión le otorgó una licencia de una semana por incapacidad tras determinarle una lesión en la base de la columna.
Después de las solicitudes de inspección y conciliación que la dirigente sindical y sus compañeras solicitaron, el Ministerio de Trabajo programó audiencias en el mes de octubre en San Salvador.
Los problemas no se resolvieron y Dolores Marisol fue despedida con saña y alevosía el día 20 de diciembre de 2016, cuando todas las trabajadoras se disponían al descanso de las fiestas.
Todo indica que las amenazas de la gerente española se materializaron.
Dolores Marisol es una de las dirigentes sindicales más activas.
“Lo que quiere la empresa es que nadie diga nada. Es la número uno del sector, pero siempre esta violando los derechos de los trabajadores y las trabajadoras”, denunció Marisol.