10
Junio
2016
Con Juan Martini
Impuestos y despidos
La difícil situación para los trabajadores tabacaleros
En Buenos Aires, Gerardo Iglesias
Juan Martini
Juan Martini secretario general de la Federación de Trabajadores del Tabaco de Argentina y presidente de la COTTAM, es un experimentado militante sindical que comenzó a trabajar en la tabacalera Massalin Celasco en 1962. Dos años después la empresa fue adquirida por la transnacional Philip Morris.
De esa primera época, Martini recuerda una armónica relación, basada en el respeto mutuo, entre obrero y patrón.
“Por los años que llevo en la empresa la conozco muy bien. Siempre hubo diálogo, otro tipo de política, tenían otro respeto hacia la gente, era como una familia, no había ese rencor, ese odio contra los trabajadores que hay ahora, algo que realmente no entiendo”, menciona abatido.
Martini insiste en que el Sindicato va a exigir el respeto que considera que merecen todos los trabajadores en tanto personas.
“Ellos –dice, refiriéndose a la gerencia de la empresa– tienen que respetar a la gente. No pueden castigarlos o perseguirlos por el solo hecho de no pensar como ellos, o los marcan y los marginan como si fueran su hacienda”.
El sector del tabaco atraviesa un momento difícil. Víctima de una sistemática demonización por parte de gobiernos en la lucha contra el tabaquismo, el trabajador muchas veces es tratado como un criminal.
Según Martini, en Argentina todavía no se siente tanto esa presión porque la suba de los impuestos a los cigarrillos es una medida reciente del novel gobierno, pero considera que la misma tendrá sus impactos en la industria.
Lo que este sindicalista se niega a aceptar es que la peor parte de las medidas les toque a los trabajadores.
“Nosotros somos laburantes y lo único que necesitamos es cobrar un sueldo para poder mantener a nuestra familia. Si no trabajamos no cobramos. Entonces la suba de los impuestos no es un problema para que la empresa tome como primera actitud el despido de una veintena de trabajadores”, analiza.
“Por los años que llevo en la empresa la conozco muy bien. Siempre hubo diálogo, otro tipo de política, tenían otro respeto hacia la gente, era como una familia, no había ese rencor, ese odio contra los trabajadores que hay ahora, algo que realmente no entiendo”, menciona abatido.
Martini insiste en que el Sindicato va a exigir el respeto que considera que merecen todos los trabajadores en tanto personas.
“Ellos –dice, refiriéndose a la gerencia de la empresa– tienen que respetar a la gente. No pueden castigarlos o perseguirlos por el solo hecho de no pensar como ellos, o los marcan y los marginan como si fueran su hacienda”.
El sector del tabaco atraviesa un momento difícil. Víctima de una sistemática demonización por parte de gobiernos en la lucha contra el tabaquismo, el trabajador muchas veces es tratado como un criminal.
Según Martini, en Argentina todavía no se siente tanto esa presión porque la suba de los impuestos a los cigarrillos es una medida reciente del novel gobierno, pero considera que la misma tendrá sus impactos en la industria.
Lo que este sindicalista se niega a aceptar es que la peor parte de las medidas les toque a los trabajadores.
“Nosotros somos laburantes y lo único que necesitamos es cobrar un sueldo para poder mantener a nuestra familia. Si no trabajamos no cobramos. Entonces la suba de los impuestos no es un problema para que la empresa tome como primera actitud el despido de una veintena de trabajadores”, analiza.
Philip Morris
Y sus desplantes
Lo que Philip Morris debió hacer –dice- fue pedir la colaboración de sus trabajadores para enfrentar juntos el tema y evitar que se produzcan despidos masivos.
“No nos consultaron, están tratando de hacer lo que a ellos les parece. Este tipo de actitudes no son las correctas, y eso en vez de beneficiarlos los perjudica, toda esta política de chicaneo me parece que no los ayuda para nada”, lamentó.
Martini agregó que la empresa no sólo perjudicó a los despedidos. También afectó a quienes se quedan, que ahora tienen temor de ser echados de la noche a la mañana.
Por otro lado, considera que el gobierno también pierde con la suba de los impuestos al tabaco, porque si caen las ventas no va a recaudar lo que espera. Y eso sin tener en cuenta la invasión de cigarrillos producto del contrabando.
“Creo que nuestra situación es bastante complicada, no sabemos qué es lo que va a pasar, si realmente las ventas caerán o no, pero habrá que estar preparados”, señaló.
“No nos consultaron, están tratando de hacer lo que a ellos les parece. Este tipo de actitudes no son las correctas, y eso en vez de beneficiarlos los perjudica, toda esta política de chicaneo me parece que no los ayuda para nada”, lamentó.
Martini agregó que la empresa no sólo perjudicó a los despedidos. También afectó a quienes se quedan, que ahora tienen temor de ser echados de la noche a la mañana.
Por otro lado, considera que el gobierno también pierde con la suba de los impuestos al tabaco, porque si caen las ventas no va a recaudar lo que espera. Y eso sin tener en cuenta la invasión de cigarrillos producto del contrabando.
“Creo que nuestra situación es bastante complicada, no sabemos qué es lo que va a pasar, si realmente las ventas caerán o no, pero habrá que estar preparados”, señaló.
Gerardo Iglesias y Juan Martini | Fotos: Nelson Godoy