07
Marzo
2017
Con Héctor Ponce, secretario general de ATILRA
“Hay multinacionales interesadas en SanCor pero sin la actual dirección”
Diario Castellanos
Héctor Ponce | Foto: Nelson Godoy
Ponce consideró que “debe darse un corte definitivo” a la situación de la cooperativa SanCor y se pronunció a favor de una alianza estratégica o una venta total o parcial a una compañía extranjera que se haga cargo del control del negocio en su totalidad. “No somos irracionales ni antisistema, sino que pensamos en el colectivo de la actividad lechera”, dijo.
Dentro de la compleja situación que afronta SanCor Cooperativas Unidas Ltda., la principal industria láctea del país, no sobran las voces institucionales que acerquen claridad sobre el rumbo que la cooperativa podría estar tomando en los próximos meses.
Más allá del silencio oficial de la propia cooperativa, uno de los sectores involucrados en la suerte que correrá SanCor es el de los trabajadores.
Héctor Ponce es el secretario general de la Asociación de Trabajadores de la Industria Láctea de la República Argentina (ATILRA), organización a la que dirige desde la propia seccional Sunchales, la base desde la cual “Etín” Ponce construyó su representatividad dentro del gremio.
Amado y temido según el cristal con que se lo mire, Ponce habló de SanCor.
Lo hizo ante las cámaras del Canal 4 de Sunchales. Y dejó definiciones muy concretas: se inclinó por una venta parcial o total a una empresa multinacional del sector lácteo y aseguró que él mismo tuvo entrevistas formales con industrias extranjeras interesadas en invertir en SanCor pero advirtió que tales acuerdos sólo serán posibles si SanCor cede el gerenciamiento de la cooperativa.
“A esto hay que darle un corte definitivo”, planteó.
A continuación, compartimos extractos de la entrevista, dejando aclarado que se introdujeron algunas preguntas para darle agilidad a la lectura, atendiendo a la extensión de las respuestas y respetándose las declaraciones textuales del dirigente y el sentido general de la nota.
-¿Cómo observa la situación de SanCor desde la perspectiva de ATILRA?
– Las que se dan son las peores señales. No estamos en una situación coyuntural, sino que se trata una cuestión que tiene que ver con una decisión de Estado de la cooperativa.
Nosotros, que tenemos una determinada responsabilidad, opinamos y hablamos independientemente de que no tengamos autoridad sobre las decisiones de la empresa.
Retrasar los pagos, no cumplir con las deudas, retrasarle el pago a los tamberos que están atravesando una situación muy crítica, son las peores señales. En este estado de situación se mencionan determinadas hipótesis de salida.
Más allá del silencio oficial de la propia cooperativa, uno de los sectores involucrados en la suerte que correrá SanCor es el de los trabajadores.
Héctor Ponce es el secretario general de la Asociación de Trabajadores de la Industria Láctea de la República Argentina (ATILRA), organización a la que dirige desde la propia seccional Sunchales, la base desde la cual “Etín” Ponce construyó su representatividad dentro del gremio.
Amado y temido según el cristal con que se lo mire, Ponce habló de SanCor.
Lo hizo ante las cámaras del Canal 4 de Sunchales. Y dejó definiciones muy concretas: se inclinó por una venta parcial o total a una empresa multinacional del sector lácteo y aseguró que él mismo tuvo entrevistas formales con industrias extranjeras interesadas en invertir en SanCor pero advirtió que tales acuerdos sólo serán posibles si SanCor cede el gerenciamiento de la cooperativa.
“A esto hay que darle un corte definitivo”, planteó.
A continuación, compartimos extractos de la entrevista, dejando aclarado que se introdujeron algunas preguntas para darle agilidad a la lectura, atendiendo a la extensión de las respuestas y respetándose las declaraciones textuales del dirigente y el sentido general de la nota.
-¿Cómo observa la situación de SanCor desde la perspectiva de ATILRA?
– Las que se dan son las peores señales. No estamos en una situación coyuntural, sino que se trata una cuestión que tiene que ver con una decisión de Estado de la cooperativa.
Nosotros, que tenemos una determinada responsabilidad, opinamos y hablamos independientemente de que no tengamos autoridad sobre las decisiones de la empresa.
Retrasar los pagos, no cumplir con las deudas, retrasarle el pago a los tamberos que están atravesando una situación muy crítica, son las peores señales. En este estado de situación se mencionan determinadas hipótesis de salida.
Opciones y alternativas
“Hay que ser realistas”
–¿Cuáles serían esas salidas?
–Una es un crédito de una magnitud inédita en la actividad lechera (N. de la R: 400 a 450 millones de dólares). Supongamos que esto sea viable y posible, con lo cual se superaría una situación que por ahora es coyuntural, pero que nosotros creemos que es una cuestión de fondo.
Ahora, siendo racionales, en materia económica dos más dos es cuatro. Consecuentemente, si alguien va a realizar un préstamo de esa magnitud, lo hará a través de un seguro de caución, que se puede quedar el prestador en forma directa o un tercero.
La caución será a través de una entidad financiera, con lo cual las garantías serán para la entidad financiera: cuando ese seguro queda en manos de un ente financiero, ese ente no tendrá demasiados inconvenientes ni problemas en cobrarse la deuda como fuera, sin importarle el destino de la empresa.
Y ese destino es el de los productores, de los proveedores y también de los trabajadores.
–¿Hay alternativas?
-Sí, claro que hay alternativas. Si bien no tenemos facultades de manejo dentro de lo que es la cooperativa, sí nos interesa y nos interiorizamos respecto a las distintas salidas.
Acá hay muchas cuestiones en juego, y que tienen que ver con los intereses de los trabajadores. Hay interesados en SanCor, tenemos la certeza de que es así porque nos hemos ocupado y gente de multinacionales lácteas han hablado con nosotros.
Están interesadas en comprar todo o una parte o de establecer distintos tipos de alianzas estratégicas que le permitirían a SanCor salir adelante.
–Pero también hay condiciones…
– A ver: esos acuerdos no se harían bajo el actual formato de dirección de SanCor. Esto tiene que quedar perfectamente claro.
Si la dirección de SanCor quiere quedarse con el management de la empresa, ninguna industria láctea multinacional va a dejar que a la empresa la maneje otro.
El que pone el dinero es el que marca el rumbo productivo y comercial, lo cual para los trabajadores no es un riesgo, porque cuando hablamos de una empresa de estas características, estas empresas lo que hacen es crecer.
Con algunas de las empresas que hemos hablado -por la representatividad que nosotros tenemos a nivel internacional las conocemos- son gigantes de la industria láctea mundial, que tienen un mercado enorme de colocación de productos.
Esto implicaría que SanCor se saneara económicamente, que ingresara desde el punto de vista económico refuerzos importantes para la tecnificación.
–Una es un crédito de una magnitud inédita en la actividad lechera (N. de la R: 400 a 450 millones de dólares). Supongamos que esto sea viable y posible, con lo cual se superaría una situación que por ahora es coyuntural, pero que nosotros creemos que es una cuestión de fondo.
Ahora, siendo racionales, en materia económica dos más dos es cuatro. Consecuentemente, si alguien va a realizar un préstamo de esa magnitud, lo hará a través de un seguro de caución, que se puede quedar el prestador en forma directa o un tercero.
La caución será a través de una entidad financiera, con lo cual las garantías serán para la entidad financiera: cuando ese seguro queda en manos de un ente financiero, ese ente no tendrá demasiados inconvenientes ni problemas en cobrarse la deuda como fuera, sin importarle el destino de la empresa.
Y ese destino es el de los productores, de los proveedores y también de los trabajadores.
–¿Hay alternativas?
-Sí, claro que hay alternativas. Si bien no tenemos facultades de manejo dentro de lo que es la cooperativa, sí nos interesa y nos interiorizamos respecto a las distintas salidas.
Acá hay muchas cuestiones en juego, y que tienen que ver con los intereses de los trabajadores. Hay interesados en SanCor, tenemos la certeza de que es así porque nos hemos ocupado y gente de multinacionales lácteas han hablado con nosotros.
Están interesadas en comprar todo o una parte o de establecer distintos tipos de alianzas estratégicas que le permitirían a SanCor salir adelante.
–Pero también hay condiciones…
– A ver: esos acuerdos no se harían bajo el actual formato de dirección de SanCor. Esto tiene que quedar perfectamente claro.
Si la dirección de SanCor quiere quedarse con el management de la empresa, ninguna industria láctea multinacional va a dejar que a la empresa la maneje otro.
El que pone el dinero es el que marca el rumbo productivo y comercial, lo cual para los trabajadores no es un riesgo, porque cuando hablamos de una empresa de estas características, estas empresas lo que hacen es crecer.
Con algunas de las empresas que hemos hablado -por la representatividad que nosotros tenemos a nivel internacional las conocemos- son gigantes de la industria láctea mundial, que tienen un mercado enorme de colocación de productos.
Esto implicaría que SanCor se saneara económicamente, que ingresara desde el punto de vista económico refuerzos importantes para la tecnificación.
Atraso tecnológico y baja productividad
“No es culpa de los trabajadores”
–Se habla mucho de la baja productividad de SanCor.
–SanCor no se ha actualizado desde el punto de vista tecnológico. Por eso tiene un nivel de productividad inferior al de una empresa como Saputo, por ejemplo, que tiene un nivel de tecnología de punta que le da una productividad muy importante y mejor que la de SanCor.
–¿Esa productividad la lograría vendiéndose total o parcialmente o con una alianza estratégica?
– SanCor puede crecer y ganar nuevos mercados a través de estas formas. Y ganarían los productores, que podrán entregar con tranquilidad su producción; los proveedores podrán cobrar lo que se les adeuda; y por supuesto los trabajadores cobrarán su sueldo en tiempo y forma.
Porque también esto hay que decirlo: el resto posiblemente pueda llevar su capital a otro lado, pero el trabajador tiene como único capital su trabajo, y hoy en día no hay muchas alternativas laborales. Eso se lo hemos dicho hace mucho tiempo a la dirección de la cooperativa.
A esto hay que darle un corte que permita avizorar un futuro distinto, porque este es un problema que tiene más de quince años, que lo han ido tratando de solucionar de distintas formas, pero siempre han sido parches.
SanCor tiene que tomar una decisión de fondo para convertir a la empresa, junto con otra firma, en lo que todos los sunchalenses y la gente de la región queremos: que sea una industria vigorosa, que tenga su polo de desarrollo en la región y que de la mano de otra empresa de características internacionales muy importantes podamos estar allanando la situación en un futuro virtuoso.
–Cuando dice que hablaron con empresas extranjeras interesadas, ¿qué significa?
– Nosotros hemos hablado formalmente con empresas multinacionales que están dispuestas a trabajar. No son rumores: hemos hablado en alto nivel y formalmente. Pero claramente quieren el management de SanCor. Y debe ser así, nosotros coincidimos. El que pone el capital quiere manejar la empresa.
Cuando vino Saputo y adquirió Molfino, ¿qué hizo Saputo? Pusieron a su gente en el manejo de la empresa, más allá de que Héctor Molfino siguiera dentro de la empresa por el conocimiento vasto que tiene de la misma.
Seguro que estas empresas dejarían a gente que está en altos niveles por conocer el funcionamiento y accionar de la cooperativa seguiría estando, pero las decisiones las tomarían los que ponen el dinero para el capital de trabajo.
–SanCor no se ha actualizado desde el punto de vista tecnológico. Por eso tiene un nivel de productividad inferior al de una empresa como Saputo, por ejemplo, que tiene un nivel de tecnología de punta que le da una productividad muy importante y mejor que la de SanCor.
–¿Esa productividad la lograría vendiéndose total o parcialmente o con una alianza estratégica?
– SanCor puede crecer y ganar nuevos mercados a través de estas formas. Y ganarían los productores, que podrán entregar con tranquilidad su producción; los proveedores podrán cobrar lo que se les adeuda; y por supuesto los trabajadores cobrarán su sueldo en tiempo y forma.
Porque también esto hay que decirlo: el resto posiblemente pueda llevar su capital a otro lado, pero el trabajador tiene como único capital su trabajo, y hoy en día no hay muchas alternativas laborales. Eso se lo hemos dicho hace mucho tiempo a la dirección de la cooperativa.
A esto hay que darle un corte que permita avizorar un futuro distinto, porque este es un problema que tiene más de quince años, que lo han ido tratando de solucionar de distintas formas, pero siempre han sido parches.
SanCor tiene que tomar una decisión de fondo para convertir a la empresa, junto con otra firma, en lo que todos los sunchalenses y la gente de la región queremos: que sea una industria vigorosa, que tenga su polo de desarrollo en la región y que de la mano de otra empresa de características internacionales muy importantes podamos estar allanando la situación en un futuro virtuoso.
–Cuando dice que hablaron con empresas extranjeras interesadas, ¿qué significa?
– Nosotros hemos hablado formalmente con empresas multinacionales que están dispuestas a trabajar. No son rumores: hemos hablado en alto nivel y formalmente. Pero claramente quieren el management de SanCor. Y debe ser así, nosotros coincidimos. El que pone el capital quiere manejar la empresa.
Cuando vino Saputo y adquirió Molfino, ¿qué hizo Saputo? Pusieron a su gente en el manejo de la empresa, más allá de que Héctor Molfino siguiera dentro de la empresa por el conocimiento vasto que tiene de la misma.
Seguro que estas empresas dejarían a gente que está en altos niveles por conocer el funcionamiento y accionar de la cooperativa seguiría estando, pero las decisiones las tomarían los que ponen el dinero para el capital de trabajo.
El factor humano
“Que alguien se haga cargo del costo social”
–¿Es consciente ATILRA de que sobra gente en SanCor?
–La dotación de SanCor podría industrializar 7,5 millones de litros de leche por día. Hoy se elabora menos de la mitad. Pero el trabajador no tiene la culpa de que la capacidad ociosa sea tan grande.
Si a eso se le suma que hay un bajo nivel de tecnología en la empresa, claro que la productividad es muy baja. Pero esto no es responsabilidad de los trabajadores.
Con bajo nivel de tecnología y esta cantidad de trabajadores estamos en condiciones de procesar 7,5 millones de litros diarios y entonces claro que hay capacidad ociosa. ¿Qué van a hacer con la gente? ¿Van a echar a 2.000 personas? Que alguien se haga cargo del costo social. ¿Hay que reestructurar? Claro que sí.
Dentro del ámbito de mi seccional, que es Sunchales, se ha desactivado Moisés Ville, Suardi y Ceres. Nosotros, en función de la problemática que se venía, hicimos una reestructuración sin que existan costos sociales, porque lo que tenemos que salvar es el todo.
Pero esto se puede hacer de muchas maneras, siendo racionales y usando el sentido común para que se tomen las decisiones que corresponde, en el momento y en el plazo apropiado. No somos antisistema, ni somos irracionales.
Sabemos el comportamiento de las empresas locales e internacionales, analizamos los escenarios del país y del mundo, cómo influyen los marcos económicos. Lo hacemos siempre.
Y hay gente que por favorecer a determinados sectores opina de una determinada manera y lo único que logra es hacer muchísimo daño. Nosotros pensamos en el colectivo de la actividad, no sólo pensando en los trabajadores sino también en los productores, en los proveedores, en los consumidores y en la región.
–La dotación de SanCor podría industrializar 7,5 millones de litros de leche por día. Hoy se elabora menos de la mitad. Pero el trabajador no tiene la culpa de que la capacidad ociosa sea tan grande.
Si a eso se le suma que hay un bajo nivel de tecnología en la empresa, claro que la productividad es muy baja. Pero esto no es responsabilidad de los trabajadores.
Con bajo nivel de tecnología y esta cantidad de trabajadores estamos en condiciones de procesar 7,5 millones de litros diarios y entonces claro que hay capacidad ociosa. ¿Qué van a hacer con la gente? ¿Van a echar a 2.000 personas? Que alguien se haga cargo del costo social. ¿Hay que reestructurar? Claro que sí.
Dentro del ámbito de mi seccional, que es Sunchales, se ha desactivado Moisés Ville, Suardi y Ceres. Nosotros, en función de la problemática que se venía, hicimos una reestructuración sin que existan costos sociales, porque lo que tenemos que salvar es el todo.
Pero esto se puede hacer de muchas maneras, siendo racionales y usando el sentido común para que se tomen las decisiones que corresponde, en el momento y en el plazo apropiado. No somos antisistema, ni somos irracionales.
Sabemos el comportamiento de las empresas locales e internacionales, analizamos los escenarios del país y del mundo, cómo influyen los marcos económicos. Lo hacemos siempre.
Y hay gente que por favorecer a determinados sectores opina de una determinada manera y lo único que logra es hacer muchísimo daño. Nosotros pensamos en el colectivo de la actividad, no sólo pensando en los trabajadores sino también en los productores, en los proveedores, en los consumidores y en la región.
Sueldos versus precios de la materia prima
Dos lógicas distintas
¿Son los altos sueldos de los trabajadores lácteos y los costos laborales de la industria la causa de que los precios de la materia prima a los tamberos estén tan deprimidos? Los colegas de Canal 4 de Sunchales transmitieron esta inquietud a Héctor Ponce.
“Voy a contar una anécdota –contestó el secretario general de ATILRA. Antes de la última elección me llamó un economista muy ligado al actual gobierno. Quería saber cuánto era el sueldo promedio de un trabajador de la industria láctea. Se lo dije. ‘Son sueldos muy altos’, me dijo. Y yo le contesté que dependía de la concepción filosófica con que abordáramos el tema”.
“Para nosotros son sueldos dignos. Estoy hablando de los trabajadores convencionales, no del personal de dirección. Pero le dije a este economista muy reconocido: ¿qué es un sueldo alto o bajo? Lo primero que debería haber analizado ese economista es cómo impacta la masa salarial en el precio final del producto terminado”.
Según el dirigente sunchalense, “la masa salarial oscila entre el 9 por ciento y el 22 por ciento de la estructura total de costos de la industria a la hora de determinar el precio del producto final. ¿De qué depende? De la tecnología que cada empresa tenga y la productividad que haya logrado”.
“La incidencia crece a medida que disminuye la productividad hasta llegar a un máximo de 22 por ciento. Cuando nosotros decimos que se consigue un 35 por ciento de incremento salarial para un trabajador, eso no influye 35 por ciento en el costo de la empresa: es sólo el 35 por ciento del 9 por ciento que tiene la masa salarial dentro de la estructura de costos de una empresa eficiente”.
“Hay actividades en donde la masa salarial impacta 50 por ciento o más en la estructura de costos, pero no es el caso de la industria lechera”, apuntó.
“Voy a contar una anécdota –contestó el secretario general de ATILRA. Antes de la última elección me llamó un economista muy ligado al actual gobierno. Quería saber cuánto era el sueldo promedio de un trabajador de la industria láctea. Se lo dije. ‘Son sueldos muy altos’, me dijo. Y yo le contesté que dependía de la concepción filosófica con que abordáramos el tema”.
“Para nosotros son sueldos dignos. Estoy hablando de los trabajadores convencionales, no del personal de dirección. Pero le dije a este economista muy reconocido: ¿qué es un sueldo alto o bajo? Lo primero que debería haber analizado ese economista es cómo impacta la masa salarial en el precio final del producto terminado”.
Según el dirigente sunchalense, “la masa salarial oscila entre el 9 por ciento y el 22 por ciento de la estructura total de costos de la industria a la hora de determinar el precio del producto final. ¿De qué depende? De la tecnología que cada empresa tenga y la productividad que haya logrado”.
“La incidencia crece a medida que disminuye la productividad hasta llegar a un máximo de 22 por ciento. Cuando nosotros decimos que se consigue un 35 por ciento de incremento salarial para un trabajador, eso no influye 35 por ciento en el costo de la empresa: es sólo el 35 por ciento del 9 por ciento que tiene la masa salarial dentro de la estructura de costos de una empresa eficiente”.
“Hay actividades en donde la masa salarial impacta 50 por ciento o más en la estructura de costos, pero no es el caso de la industria lechera”, apuntó.