05
Agosto
2016
Con Guillermo Rivera
Garantizar la industria nacional y la generación de empleos, afianzará el proceso de paz
En Montevideo, Gerardo Iglesias
Guillermo Rivera | Foto: Giorgio Trucchi
Sintrainagro y directivos de Asocaña se reunieron el miércoles 3 con el embajador de Noruega en Bogotá, Lars Vaagen, para plantear la preocupante situación del sector azucarero colombiano y sus posibles consecuencias sobre el proceso de paz, del cual el país nórdico es garante y facilitador desde la primera etapa. La Rel dialogó con Guillermo Rivera, presidente nacional del Sindicato, para conocer los detalles del encuentro.
-¿Cómo evalúas la reunión que mantuvieron con el embajador de Noruega?
-En principio como esperanzadora. Fuimos recibidos por el embajador y pudimos acercarle nuestra preocupación por lo que está sucediendo con las crecientes importaciones de azúcar.
Hace 15 días el gobierno de Juan Manuel Santos rebajó al 50 por ciento los aranceles a importación de este producto.
Esto, sumado a que el precio del azúcar nacional subió a causa de una multa millonaria que la Superintendencia de Industria y Comercio (SIC) aplicó a la asociación de productores de caña (Asocaña) por supuesta formación de cártel; agrava día a día la situación de los productores nacionales.
-¿Cómo afectan al posconflicto estas políticas arancelarias y la importación de azúcar?
-Trabajadores y productores acudimos conjuntamente para alertar sobre el impacto social y económico que tienen estas medidas de apertura arancelaria del gobierno de Santos en una zona que será receptora de los desmovilizados de las FARC, donde lo único que hay es caña y azúcar.
Perder fuentes de trabajo por el inevitable cierre de los ingenios azucareros es muy grave y preocupante y hasta pone en riesgo el éxito del proceso de paz, del cual Noruega participa con importantes recursos financieros.
Porque la paz no es la ausencia de la guerra, la paz se construye además, generando empleos dignos, dando oportunidades a la gente y no minando la industria nacional.
-Un escenario muy complicado…
-El escenario es el peor posible: no hay forma de mantener los ingenios abiertos, pues no pueden competir con el azúcar importado, altamente subsidiado, que se vende en Colombia a un precio más bajo que el nacional y esto tiene consecuencias directas con la pérdida de puestos de trabajo.
-¿Qué medidas se prometieron desde la embajada?
-El embajador se comprometió a trasladar la inquietud de Sintrainagro y Asocaña a su país, a su gobierno.
Debe quedar bien claro: los trabajadores y productores estamos apoyando el proceso de paz pero no por ello permanecemos ajenos a las medidas que tome el gobierno en relación al sector y a las consecuencias, sin dudas graves, que vamos a padecer.
-En principio como esperanzadora. Fuimos recibidos por el embajador y pudimos acercarle nuestra preocupación por lo que está sucediendo con las crecientes importaciones de azúcar.
Hace 15 días el gobierno de Juan Manuel Santos rebajó al 50 por ciento los aranceles a importación de este producto.
Esto, sumado a que el precio del azúcar nacional subió a causa de una multa millonaria que la Superintendencia de Industria y Comercio (SIC) aplicó a la asociación de productores de caña (Asocaña) por supuesta formación de cártel; agrava día a día la situación de los productores nacionales.
-¿Cómo afectan al posconflicto estas políticas arancelarias y la importación de azúcar?
-Trabajadores y productores acudimos conjuntamente para alertar sobre el impacto social y económico que tienen estas medidas de apertura arancelaria del gobierno de Santos en una zona que será receptora de los desmovilizados de las FARC, donde lo único que hay es caña y azúcar.
Perder fuentes de trabajo por el inevitable cierre de los ingenios azucareros es muy grave y preocupante y hasta pone en riesgo el éxito del proceso de paz, del cual Noruega participa con importantes recursos financieros.
Porque la paz no es la ausencia de la guerra, la paz se construye además, generando empleos dignos, dando oportunidades a la gente y no minando la industria nacional.
-Un escenario muy complicado…
-El escenario es el peor posible: no hay forma de mantener los ingenios abiertos, pues no pueden competir con el azúcar importado, altamente subsidiado, que se vende en Colombia a un precio más bajo que el nacional y esto tiene consecuencias directas con la pérdida de puestos de trabajo.
-¿Qué medidas se prometieron desde la embajada?
-El embajador se comprometió a trasladar la inquietud de Sintrainagro y Asocaña a su país, a su gobierno.
Debe quedar bien claro: los trabajadores y productores estamos apoyando el proceso de paz pero no por ello permanecemos ajenos a las medidas que tome el gobierno en relación al sector y a las consecuencias, sin dudas graves, que vamos a padecer.
Foto: Gerardo Iglesias