12
Noviembre
2015
España | Sindicatos | HRCT

“Es paradójico que la ayuda nos haya venido de Latinoamérica”

Gerardo Iglesias
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Eulalia Corralero

¡Que se levante aquel que está abatido!
¡Aquel que está perdido que luche!
¿Quién podrá contener al que conoce su condición?
Bertold Brecht
Eulalia Corralero trabaja como camarera de piso desde hace más de veinte años y es delegada sindical por Comisiones Obreras.

Protagonista, junto a otras compañeras, del libro escrito por Ernest Cañada y coproducido por la Rel-UITA y Alba Sud, estuvo presente en el lanzamiento que se realizó el pasado 5 de noviembre en Barcelona.

Eulalia, a quien sus compañeras llaman “Lali”, comenzó su intervención contando cómo se involucró en el trabajo de Ernest Cañada que derivaría en el libro.

“Cuando me dicen que hay un señor interesado en entrevistarnos, y me encuentro por primera vez con Ernest me digo a mí misma: ‘esto es todo lo que vengo diciendo hace años, esto es lo que estamos esperando, lo que hacía falta que alguien hiciera’, que pusieran voz a las camareras, a las que limpiamos los hoteles”.

Esta enérgica delegada sindical relata que desde muy jovencita que trabaja en el sector y escucha las mismas quejas: “esto no lo aguantamos por mucho más”, “con este ritmo no llegamos a jubilarnos”. Es una situación, dice, que remonta a la época en que el turismo iba muy bien en España.

“Lo que no me esperaba es que las condiciones en las que trabajamos fuesen a empeorar al punto en que están hoy. Luego de la crisis la externalización está siendo un cáncer en muchos establecimientos, vino a precarizar aún más lo que ya estaba mal, es un llueve sobre mojado”, dispara.

Doblemente domésticas
Un corre corre que no acaba
“Cuando hablaba con otras personas –recuerda elevando la voz indignada– y contaba de mi trabajo me llegaban a decir: ¡‘pero si es lo mismo que hacéis en casa nada más que es en el hotel’!”  
Nada más alejado de la realidad: “el ritmo de trabajo en el hotel es un corre, corre todo el día y siempre con la angustia de que no terminas y que tienes que ponerle al cliente la mejor sonrisa aunque estés hecha polvo”.

“Al llegar a casa, además, tienes que seguir con la faena doméstica y llega un momento que todo nos empieza a pesar, dejamos de tener la fuerza del principio, nos cansamos más”, señala.

Según cuenta, en Lloret, Cataluña, existen varios casos de camareras que han dejado de trabajar porque no aguantan más.

“Nos están condenando a una vejez precaria y con el sueldo mínimo, porque las camareras no llegamos a cotizar por los años requeridos. Nos dan de baja seis o siete meses y cada vez pagan menos la temporada alta”, denuncia.

“No nos está quedando más opción que luchar pase lo que pase, y creo que para eso el libro de Ernest ha sido fundamental: ya no podrán decir que no a tantas mujeres de tantos lugares diferentes de España”, se anima.

Solidaridad bien entendida
“Nos han venido a mostrar cómo se hace para luchar”
Para Eulalia resulta paradójico que la ayuda a las camareras de piso españolas haya llegado de afuera, y más aún de países latinoamericanos.

Nos han venido a mostrar cómo se hace para luchar. Qué ironía que la principal ayuda haya venido de los países que nosotros los europeos consideramos más pobres. Lo serán en ciertos aspectos, pero tienen una historia de lucha rica y han venido a enseñarnos a pelear por nuestros derechos”.

Si este libro se difunde y las historias relatadas en él tienen alcance removerán muchas conciencias y forzosamente habrá que reflexionar sobre el tema.

Animada por la campaña de la UITA y el libro de Cañada, Eulalia habla en tiempo pasado sobre su condición de trabajadoras invisibilizadas.

“Hemos estado tan acostumbradas a ser invisibles… Las camareras en general tenemos escasa formación para acceder a otros empleos. Espero que con este libro nos vean y nos escuchen, alguien tendrá que tomar cartas en el asunto, prejubilarnos por trabajo insalubre, quitarnos un poco la carga”.

Eulalia se despidió contando que en las páginas de Facebook de las camareras españolas “ya no se publican apenas cosas personales”.

“Hemos venido publicando todas las notas que salen sobre el tema y hemos abierto el debate sobre las condiciones de trabajo y qué se puede hacer para cambiarlas y todo esto gracias a este señor. ¡Gracias Ernest, y a todos los que han venido a escucharnos!”, remató la sindicalista.


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Fotos: Servicios CCOO y Gerardo Iglesias