En estado de emergencia

“Los recursos pesqueros en el país están en un estado crítico, existe una baja terrible de la biomasa de varias especies de peces. Este año se capturó un 70 por ciento menos que el año anterior”, manifestó Cancino.

El dirigente explicó que la reducción de la biomasa pesquera se debe al fenómeno climático de El niño que ha aumentado casi en 4 grados la temperatura del agua.

“El jurel –una de las especies– vive en temperaturas inferiores a los 21º, si las temperaturas suben a 25º, automáticamente mueren por falta de oxigenación”.

La mortandad de peces en varias regiones de Chile se debe a la corriente del El Niño que además de aumentar la temperatura del agua, produce cantidades inusuales de algas que consumen el oxígeno destinado a los peces.

Las consecuencias que imponen las condiciones climáticas, han afectado sobre todo la industria del salmón.

“En lo que va del año, fueron despedidos unos 4.000 trabajadores en la industria salmonera. Puerto Montt es la región más afectada y las respuestas del gobierno son insuficientes”.

Según informó el dirigente una de las propuestas para paliar estas cesantías fue impartir cursos de manejo. “Eso es completamente absurdo, sobre todo porque dónde vamos a ubicar 4.000 choferes, necesitamos trabajo, acciones concretas para solucionar el grave problema del desempleo”, enfatizó Cancino.

La crisis se agudiza aún más porque no son solo los salmoneros que pierden con el problema de las algas, también las pequeñas y medianas empresas de acuicultura han sido afectadas por este fenómeno climático.

“Tendrán que revisar las cerchas que colocan en el mar para ver si la producción que hay ahí está disponible para la venta o está todo envenenado por las algas”, indicó.

El sector pesquero en Chile involucra a alrededor de 45.000 personas de forma directa e indirectamente unas 80.000.

Cancino analiza que el sector está desunido en término de organización sindical y que se está trabajando concretamente para cambiar este escenario.

“Hace un tiempo coincidimos con Alejandro Santibáñez, presidente de la Confederación de Trabajadores del Sur (Confetrasur) con quien me volveré a reunir en estos días para analizar la creación de una gran Confederación y también abordar los temas urgentes que involucran a los trabajadores del sector de la pesca”, destacó.

La reunión que tuvo lugar en Puerto Montt, reunió a varios dirigentes sindicales locales y de Chiloé, autoridades y representantes del gobierno.

El dirigente sindical reflexiona que solo con un trabajo conjunto y dejando de lado los personalismo se podrá lograr avances para el sector y la defensa de los recursos.

Consultado acerca de la actitud del gobierno nacional en cuanto a la problemática que enfrentan los pescadores, el dirigente expresó que no hubo ningún tipo de sensibilidad ante el desastre climático que mermó la cosecha pesquera y que dejó a miles de desempleados.

“Sinceramente, no hubo y no hay sensibilidad con respecto a los trabajadores de la industria. Se preocuparon más por los convenios internacionales sobre cómo y dónde desechar los peces muertos por el incremento de las algas, que por los obreros que quedaron sin su fuente laboral”, disparó.

“El movimiento sindical chileno permanece en la retórica. La Central Unitaria de Trabajadores, el máximo órgano del movimiento obrero del país no ha logrado renovarse, no hay espacio para los jóvenes, son siempre los mismos y este modelo de gestión se repite en muchos otros países de la región donde las cúpulas dejan de lado a las bases, algo que va corroyendo al movimiento sindical desde adentro”, reflexionó con La Rel, Cancino.

Una de las características del sindicalismo en Chile es la atomización, la gran división de sindicatos incluso en las mismas empresas, que contribuye a que las bases estén tan alejadas de los espacios de decisión.

Este escenario tampoco contribuye al trabajo en conjunto porque hay mucha dispersión de sindicatos y de recursos tanto financieros como humanos.

“La unidad va a surgir cuando dejemos de lado los personalismos y la búsqueda de ventajas individuales y como dirigentes sindicales boguemos por una verdadera libertad sindical y no como sucede mayoritariamente ahora, que es libertinaje sindical, dirigentes que se acomodan para vivir mejor y se olvidan del primigenio fin del sindicalismo, la defensa de los derechos de los trabajadores, la lucha constante por mejorar las condiciones de la clase obrera a través de acciones concretas y de incidencia real”.