06
Noviembre
2015

“El sindicalismo debe ser riguroso pero también divertido”

En Madrid, Gerardo Iglesias
20151106 RafaelCCOO714

Rafael Muñoz Moreno  | Foto: Gerardo Iglesias

Rafael (Rafa) Muñoz Moreno viene del sector bancario. Saxofonista en una banda de jazz, es un compañero que sabe muy bien la partitura de la comunicación en su escenario de denuncia y punto de encuentro de voluntades y propósitos de la gente que no se rinde. Amable y dispuesto al diálogo, nos cuenta la experiencia comunicacional de Comisiones Obreras Servicios, donde se trabaja con mucha imaginación y osadía, como en la improvisación en el jazz, aunque aquí el discurso musical es sindical.
-Comisiones Obreras Servicios es el resultado de la fusión, en 2014, de los sectores financiero, comercio y hostelería. ¿Qué implicaciones trajo este proceso en términos de la comunicación sindical?
-Hemos unido sectores que tienen perfiles distintos: trabajadores que pueden acceder a Internet casi que en el puesto de trabajo y otros que no; algunos con mucha cualificación tecnológica, por ejemplo formación en tecnologías de la información, y otros que no la tienen. A todos tenemos que darles soluciones.

El punto en común entre unos y otros es el teléfono móvil. Tenemos que lograr que toda la comunicación del sindicato pueda verse desde un teléfono móvil. En este sentido te cuento que nuestra web ya la hemos adaptado y el correo electrónico también.

Mantenemos aún buena parte de nuestra comunicación en el ámbito de lo escrito, con newsletters, por ejemplo, pero estamos procurando traducirla a otros formatos, incluido el audiovisual.  

La certeza que tenemos es que lo que todo el mundo mira en algún momento del día es el móvil. Hacia ahí estamos yendo, para comunicar más rápida y eficazmente con la gente.

-Una herramienta que a nosotros nos ha servido mucho es el Facebook…
-Entre nosotros Twitter mueve mucho más que Facebook. Facebook tiene el problema de que hay que conservar cierta imagen corporativa y nos obliga a mantener páginas en muchas secciones sindicales repartidas por las empresas del los sectores que se agrupan en la Federación organizar el tráfico de Facebook es complicado. Además, no es pareja su utilización. En algunos ámbitos ayuda mucho, en otros genera más dispersión.

-En Brasil, por ejemplo, hay una fiebre por el WhatsApp. ¿Qué pasa en vuestro espacio?
-En España no tanto. Tenemos experiencia a nivel de la Ejecutiva, de los órganos federales, de emplear WhatsApp, pero es una herramienta muy frágil.

Para cosas muy concretas, para citas, vale, es mucho más operativa pero no la utilizamos de manera extensiva en la comunicación sindical.

-Desde la Rel-UITA estamos ajustando nuestra propuesta focalizando el ingreso de trabajadores jóvenes, hombres y mujeres. Jóvenes que se manejan bastante bien en el mundo, que están “conectados”, pero no tienen mucha idea de la historia del movimiento obrero, imponiéndose así la necesidad de un rescate de nuestra memoria…
-También, y estamos metiendo pequeñas píldoras de la historia de Comisiones Obreras en nuestro programa de televisión.

Otra idea con la que se está trabajando es crear módulos concretos sobre la historia del Sindicato en el ámbito de la formación sindical.

Los propios trabajadores contarían esas historias en vídeo, por ejemplo.

Ya ha habido experiencias de este tipo a nivel confederal y queremos extenderlas a las federaciones.

Respecto a los jóvenes, el gran problema es el desempleo. A la Federación llegan sólo una vez que están dentro de una empresa. Yo entré a trabajar a los 15 y me sindicalicé a los 17; mi sobrino va a encontrar su primer empleo a los 29. La edad de afiliación se está yendo a 33, 34, 35 años.

Se está produciendo un cambio en la manera que se generan las decisiones en el ámbito familiar.

Antes eran los mayores los que resolvían las cosas, o influían en los criterios del resto de la familia. Ahora es al revés, y las redes sociales han ayudado a eso, porque los mayores les preguntan a los más jóvenes cómo funcionan las cosas, que pasa en la sociedad. Ahora son enseñantes. Mi madre le pregunta a mi sobrino cosas que yo le preguntaba a mi padre…

-¿No te parece que algo que se ha perdido en el ámbito sindical es la preocupación por lo cultural?
-En el ámbito que me muevo, no tanto. Los medios dan una imagen del mundo sindical como de algo duro, pero no es así. Hay que dar en ese sentido, eso sí, una batalla por el lenguaje, porque desde los sectores de poder se están apoderando de nuestros conceptos y términos.

La Unión Sindical de Madrid de Comisiones Obreras, por ejemplo, tiene una banda musical, hace cine ligado al mundo laboral, tiene talleres de teatro y la de Castilla León sacó un rap, intentando afiliar o acercar jóvenes. Estamos de a poco empezando a transitar esa vía.

-Cuando tocas el saxofón, ¿lo haces como escape a la actividad sindical o como complemento a la misma?
-Para mí tocar el saxo es una manera diferente de elaborar. Si tengo una preocupación que viene del ámbito sindical y ensayo con el instrumento podré pensar mejor. No es un escape. Es algo muy importante en mi vida.

El sindicalismo, además de ser riguroso, debe ser divertido. Tiene que ofrecer esa oportunidad a la gente que comienza su andadura sindical. Si logramos combinar ambas cosas tiene mucho futuro.

Y si le agregamos cierta dosis de pedagogía, mejor aún. Debería ser una suerte de ámbito de aprendizaje colectivo entre gente que se enfrenta a problemas comunes.

-¿Cómo ves la posibilidad de profundizar esta coordinación de esfuerzos que de manera espontánea se da entre nuestra Regional y vuestra federación?
-Importantísima. Antes se decía que el que tiene la información tiene el poder, hoy en día el que comparte la información aumenta su poder y su influencia.