31
Julio
2017
Misión UITA S.O.S Brasil
Con Odilón Braga
Con Odilón Braga
“El sindicalismo brasileño está aletargado”
En Brasilia, Gerardo Iglesias
Odilón Braga | Fotos: Gerardo Iglesias
El secretario general de la Confederación Nacional de Trabajadores del transporte fluvial y Aéreos en la Pesca y en los Puertos (CONTTMAF), organización afiliada a la Internacional de Trabajadores del Transporte (ITF, por sus siglas en inglés), informó sobre las dificultades que enfrentan los trabajadores luego de aprobada la reforma laboral en Brasil, las carencias que afronta el movimiento sindical para revertir un escenario negativo y las posibles salidas para una crisis social que tiene a la clase obrera en el ojo del huracán.
-¿El gobierno es muy consciente de las fragilidades del movimiento sindical y por eso está impulsando estas reformas tan nocivas?
-Este gobierno preparó una estrategia contra los trabajadores y trabajadoras, particularmente contra los sindicatos, valiéndose de los grandes medios de comunicación para llevar adelante una campaña de desprestigio de las organizaciones sindicales.
Para eso utilizó una pequeña porción de malos dirigentes y dejó afuera a la gran mayoría, generalizó el perfil de los dirigentes y buscó con eso el respaldo de trabajadores y trabajadoras.
Hubo una gran campaña mediática a favor de la reforma laboral por parte del gobierno, y en un país con más de 14 millones de desocupados, si te prometen que con la reforma se van a generar nuevos empleos, es obvio que muchos trabajadores desesperados apoyaron una reforma que dinamita los derechos de la clase obrera.
No podemos olvidar que esta reforma laboral también fue producto de la compra de votos, tanto de diputados como de senadores y al tener a la clase trabajadora aletargada, sin reaccionar, no hubo una resistencia real.
El movimiento sindical no encontró la forma de llamar a los trabajadores y trabajadoras a la acción, a la resistencia, no pudimos competir con la Red Globo, y aunque tuviéramos recursos para hacerlo, no creo que tuviéramos los espacios.
-Este gobierno preparó una estrategia contra los trabajadores y trabajadoras, particularmente contra los sindicatos, valiéndose de los grandes medios de comunicación para llevar adelante una campaña de desprestigio de las organizaciones sindicales.
Para eso utilizó una pequeña porción de malos dirigentes y dejó afuera a la gran mayoría, generalizó el perfil de los dirigentes y buscó con eso el respaldo de trabajadores y trabajadoras.
Hubo una gran campaña mediática a favor de la reforma laboral por parte del gobierno, y en un país con más de 14 millones de desocupados, si te prometen que con la reforma se van a generar nuevos empleos, es obvio que muchos trabajadores desesperados apoyaron una reforma que dinamita los derechos de la clase obrera.
No podemos olvidar que esta reforma laboral también fue producto de la compra de votos, tanto de diputados como de senadores y al tener a la clase trabajadora aletargada, sin reaccionar, no hubo una resistencia real.
El movimiento sindical no encontró la forma de llamar a los trabajadores y trabajadoras a la acción, a la resistencia, no pudimos competir con la Red Globo, y aunque tuviéramos recursos para hacerlo, no creo que tuviéramos los espacios.
Un pueblo con la cabeza hecha por Rede Globo
Y el abandono de la formación de cuadros sindicales
-¿Por qué se da esta falta de politización en la sociedad brasileña?
-Sucede que cuando se hacen recortes sociales, lo primero que se afecta son las inversiones en educación. Para llegar a ser un pueblo politizado hay que tener un nivel de educación que permita discernir qué es verdad y qué no en los mensajes que nos mandan y poder analizar las cosas de forma más profunda.
Este gobierno particularmente ha dejado de invertir en educación. La Universidad Federal de Rio de Janeiro (UFRJ), por ejemplo, se está hundiendo en el abandono, no se paga salarios a los docentes y la tendencia es esa.
La gran masa de trabajadores carece de politización porque en la mayoría de los casos son personas que no alcanzaron niveles educativos altos.
El trabajador o trabajadora promedio, cuando llega a su casa ya está cansado y lo que hace es prender la televisión. Ahí es bombardeado por una serie de ideas y conceptos vertidos por los líderes del establishment, con la Red Globo a la cabeza.
-Anexaría que el sindicato dejó de ser un espacio para la formación…
-Sí, desafortunadamente el movimiento sindical no acompasó el recambio generacional y esto es algo que no pasa sólo en Brasil. En los diversos foros internacionales que he participado de la ITF se expone esta problemática.
Los sindicatos no saben cómo captar a los jóvenes. Estamos en ese proceso.
-¿Cuáles son las posibles salidas para lo que está sucediendo hoy en Brasil?
-No hay una fórmula mágica pero creo que una posibilidad es que las organizaciones sindicales formen alianzas, se unifiquen, entren en procesos de fusión.
Actualmente es muy difícil que sindicatos aislados puedan permanecer en este nuevo escenario que se presenta.
Habrá que fusionar sindicatos por rama de actividad para tener más fuerza a la hora de defender derechos y resistir atropellos.
-Sucede que cuando se hacen recortes sociales, lo primero que se afecta son las inversiones en educación. Para llegar a ser un pueblo politizado hay que tener un nivel de educación que permita discernir qué es verdad y qué no en los mensajes que nos mandan y poder analizar las cosas de forma más profunda.
Este gobierno particularmente ha dejado de invertir en educación. La Universidad Federal de Rio de Janeiro (UFRJ), por ejemplo, se está hundiendo en el abandono, no se paga salarios a los docentes y la tendencia es esa.
La gran masa de trabajadores carece de politización porque en la mayoría de los casos son personas que no alcanzaron niveles educativos altos.
El trabajador o trabajadora promedio, cuando llega a su casa ya está cansado y lo que hace es prender la televisión. Ahí es bombardeado por una serie de ideas y conceptos vertidos por los líderes del establishment, con la Red Globo a la cabeza.
-Anexaría que el sindicato dejó de ser un espacio para la formación…
-Sí, desafortunadamente el movimiento sindical no acompasó el recambio generacional y esto es algo que no pasa sólo en Brasil. En los diversos foros internacionales que he participado de la ITF se expone esta problemática.
Los sindicatos no saben cómo captar a los jóvenes. Estamos en ese proceso.
-¿Cuáles son las posibles salidas para lo que está sucediendo hoy en Brasil?
-No hay una fórmula mágica pero creo que una posibilidad es que las organizaciones sindicales formen alianzas, se unifiquen, entren en procesos de fusión.
Actualmente es muy difícil que sindicatos aislados puedan permanecer en este nuevo escenario que se presenta.
Habrá que fusionar sindicatos por rama de actividad para tener más fuerza a la hora de defender derechos y resistir atropellos.