02
Marzo
2016
Colombia | Sindicatos | AZÚCAR

“El gobierno está empeñado en vender el sur-occidente del país”

En Cali, Gerardo Iglesias
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Jairo Saavedra | Foto: Gerardo Iglesias

Si el gobierno colombiano no cambia su política, el sector azucarero, uno de los que más mano de obra genera en el país, perderá cientos de miles de empleos, dijo en el encuentro multitudinario el vicepresidente de la Confederación de Trabajadores de Colombia (CTC), Jairo Saavedra.
Saavedra apoyándose en una batería de datos que brindó a través de una presentación multimedia, dio a conocer el análisis y las perspectivas de la industria azucarera y su sector primario amenazado de muerte si se lo despoja de la protección que en la actualidad registra.

En el sur-occidente colombiano no están en juego uno o dos empleos, están en juego 15 ingenios azucareros, 2.000 trapiches, y con ellos más de 720.000 puestos de trabajo en la industria azucarera”, afirmó Saavedra en el encuentro que tuvo lugar en Cali el 25 de febrero.

El sindicalista destacó que el hecho de que los sindicatos trabajen en conjunto con empresarios del sector no quiere decir que se hayan plegado a las exigencias del capital sino que operan en defensa de un patrimonio común de una región que sin el sector azucarero va a sucumbir.

El encuentro fue realizado gracias al esfuerzo de las tres centrales sindicales del país y contó con el apoyo de la Rel-UITA que realizó su 4ta. Misión a Colombia en defensa del sector azucarero y panelero.

“El comité coordinador de las centrales ha trabajado día y noche, hemos hecho manifestaciones, protestas, comunicados, pero el gobierno no ha reaccionado. Por el contrario, ha bajado el arancel, en beneficio de las grandes empresas extranjeras y de las transnacionales”.

La OCDE por encima de la Constitución
Colombia al desnudo
Saavedra recordó que la Constitución colombiana afirma que la producción nacional “gozará de especial protección de parte del Estado”, que se encargará de promover “el desarrollo de actividades agrícolas, pesqueras, forestales y agro-industriales”.

“Habla también de desarrollo integral, de política crediticia, de favorecer el desarrollo rural autónomo”.

En vez de eso, el gobierno de Juan Manuel Santos acepta seguir los lineamientos que le fijan las grandes potencias y organismos internacionales como la OCDE, “un club de países ricos al que Colombia va solo a repartir pinchitos porque no está preparada para otra cosa”.

“Lo que pasa es que el gobierno nacional está empeñado en vender el sur-occidente colombiano”, y acepta que Europa y Estados Unidos subsidien a su producción agrícola mientras abre la producción propia.

“A los países ricos no les importa que les vaya mal en una cosecha, ya que pueden sostenerse sin ningún problema por los subsidios que conceden a sus agricultores.

En nuestro país, en cambio, no tenemos ningún tipo de subsidio, y les entregamos a ellos nuestras riquezas, con la anuencia del gobierno”, subrayó Saavedra.