07
Septiembre
2017
Misión UITA S.O.S Brasil
Con Gilberto Seródio
Con Gilberto Seródio
El capital esclavizará aún más a la fuerza de trabajo
En Brasilia, Gerardo Iglesias
Gilberto Seródio | Foto: Gerardo Iglesias
Asesor jurídico de nuestra afiliada la Contratuh, Gilberto Seródio conversó con La Rel sobre los impactos de la reforma laboral en su país. “Tenemos que ver qué responsabilidad le cabe al movimiento sindical en esta situación”, dijo.
-¿Ya habías vivido un momento tan complicado como el que se presenta actualmente en Brasil?
-No. En estos más de 20 años, hemos vivido intentos de cambios y reformas que pudimos frenar desde lo jurídico.
Ahora se impuso una reforma y contamos con un pésimo presidente y estamos paralizados. Nunca pensé que en un contexto democrático se pudiera hacer lo que la clase política ha hecho ahora en este país.
-La calidad del empleo en Brasil siempre fue penosa y esta reforma agravará la situación.
-Sin dudas. Se precarizarán más las condiciones laborales, pues esta reforma incluye una serie de medidas de desprotección que generarán más accidentes laborales y por ende más muertes.
Brasil ya tiene el récord de muertes por accidentes de trabajo y ya existía una muy baja fiscalización del Estado en estos asuntos.
Con la nueva legislación no habrá contralor alguno, pues quienes estaban encargados de esa tarea eran los sindicatos, y al plantearse un desmantelamiento de las organizaciones sindicales a través de la no obligatoriedad del descuento de la contribución, los gremios perderán poder y consecuentemente habrá un aumento de accidentes y de muertes.
La tendencia es al empeoramiento, el capital esclavizará aún más a la fuerza de trabajo.
-Desde Contratuh, ¿qué medidas están tomando ante esta reforma?
-Entendemos que en el actual contexto político, aunque haya inconstitucionalidades muy flagrantes en esta reforma, no es el momento de presentar un recurso en ese sentido porque el Supremo Tribunal Federal está aliado al Poder Ejecutivo y es seguro que vamos a perder.
Estamos realizando estudios puntuales de esta legislación para que cuando entre en vigencia podamos asesorar a las bases sindicales sobre los pasos a seguir, ofreciéndoles herramientas para que a la hora de negociar puedan valerse del argumento de inconstitucionalidad, demanda por demanda.
Esto se da porque hay una suerte de restricción de la acción de la justicia laboral, que quedará limitada a la órbita de lo civil, y lo legislado primará sobre lo negociado, permitiéndose que las convenciones colectivas sean desfavorables para los trabajadores y las trabajadoras.
-No. En estos más de 20 años, hemos vivido intentos de cambios y reformas que pudimos frenar desde lo jurídico.
Ahora se impuso una reforma y contamos con un pésimo presidente y estamos paralizados. Nunca pensé que en un contexto democrático se pudiera hacer lo que la clase política ha hecho ahora en este país.
-La calidad del empleo en Brasil siempre fue penosa y esta reforma agravará la situación.
-Sin dudas. Se precarizarán más las condiciones laborales, pues esta reforma incluye una serie de medidas de desprotección que generarán más accidentes laborales y por ende más muertes.
Brasil ya tiene el récord de muertes por accidentes de trabajo y ya existía una muy baja fiscalización del Estado en estos asuntos.
Con la nueva legislación no habrá contralor alguno, pues quienes estaban encargados de esa tarea eran los sindicatos, y al plantearse un desmantelamiento de las organizaciones sindicales a través de la no obligatoriedad del descuento de la contribución, los gremios perderán poder y consecuentemente habrá un aumento de accidentes y de muertes.
La tendencia es al empeoramiento, el capital esclavizará aún más a la fuerza de trabajo.
-Desde Contratuh, ¿qué medidas están tomando ante esta reforma?
-Entendemos que en el actual contexto político, aunque haya inconstitucionalidades muy flagrantes en esta reforma, no es el momento de presentar un recurso en ese sentido porque el Supremo Tribunal Federal está aliado al Poder Ejecutivo y es seguro que vamos a perder.
Estamos realizando estudios puntuales de esta legislación para que cuando entre en vigencia podamos asesorar a las bases sindicales sobre los pasos a seguir, ofreciéndoles herramientas para que a la hora de negociar puedan valerse del argumento de inconstitucionalidad, demanda por demanda.
Esto se da porque hay una suerte de restricción de la acción de la justicia laboral, que quedará limitada a la órbita de lo civil, y lo legislado primará sobre lo negociado, permitiéndose que las convenciones colectivas sean desfavorables para los trabajadores y las trabajadoras.
La reforma y los sindicatos
Antes y después
-¿Los trabajadores quedarán desprovistos de derechos?
-Sí, y de representación también, porque la reforma desmaterializa al sindicato y su accionar. Además, hay que mencionarlo, en Brasil se observa una gran distancia entre los trabajadores y sus representantes sindicales y eso es responsabilidad de ambas partes.
Los trabajadores brasileños tienen una cultura que se caracteriza solo por querer recibir beneficios, con escasa conciencia de clase y sentido de la solidaridad.
A su vez los sindicatos han tenido durante mucho tiempo una actitud tibia y alejada de las bases.
Esta realidad de hoy es quizá el resultado de esta falta de conexión.
La reforma, además, está hecha a la medida del capital: se regresa al trabajo intermitente y se fomenta al mismo tiempo la contratación de trabajadores autónomos con exclusividad, lo cual es una contradicción: ¿cómo se puede ser autónomo y exclusivo a la vez? Hay puntos en esta reforma que chocan.
-¿Qué emociones surgen de esta situación?
-Mucha decepción. Yo no elegí trabajar en el movimiento sindical, las cosas se fueron dando así y enseguida que ingresé a la Contratuh, Moacyr (Tesch) me llevó a tener determinadas responsabilidades, a participar de reuniones que me hicieron abrazar la lucha sindical.
Como en todos los ámbitos de la vida hay gente buena y gente que no lo es tanto, pero lo más complejo de asimilar en estos años ha sido ver cómo la clase política, aquellos que tienen poder de cambiar algo, carecen completamente de responsabilidad social.
Siento que todo el trabajo que realizamos desde que fue creada la CLT será destruido a partir de noviembre.
También hay que ver qué cuota de responsabilidad le cabe al movimiento sindical para que esto llegara a aprobarse.
Nos queda ahora seguir luchando junto al trabajador y la trabajadora para tratar de paliar los impactos que tendrá esta reforma en la vida de todos.
-Sí, y de representación también, porque la reforma desmaterializa al sindicato y su accionar. Además, hay que mencionarlo, en Brasil se observa una gran distancia entre los trabajadores y sus representantes sindicales y eso es responsabilidad de ambas partes.
Los trabajadores brasileños tienen una cultura que se caracteriza solo por querer recibir beneficios, con escasa conciencia de clase y sentido de la solidaridad.
A su vez los sindicatos han tenido durante mucho tiempo una actitud tibia y alejada de las bases.
Esta realidad de hoy es quizá el resultado de esta falta de conexión.
La reforma, además, está hecha a la medida del capital: se regresa al trabajo intermitente y se fomenta al mismo tiempo la contratación de trabajadores autónomos con exclusividad, lo cual es una contradicción: ¿cómo se puede ser autónomo y exclusivo a la vez? Hay puntos en esta reforma que chocan.
-¿Qué emociones surgen de esta situación?
-Mucha decepción. Yo no elegí trabajar en el movimiento sindical, las cosas se fueron dando así y enseguida que ingresé a la Contratuh, Moacyr (Tesch) me llevó a tener determinadas responsabilidades, a participar de reuniones que me hicieron abrazar la lucha sindical.
Como en todos los ámbitos de la vida hay gente buena y gente que no lo es tanto, pero lo más complejo de asimilar en estos años ha sido ver cómo la clase política, aquellos que tienen poder de cambiar algo, carecen completamente de responsabilidad social.
Siento que todo el trabajo que realizamos desde que fue creada la CLT será destruido a partir de noviembre.
También hay que ver qué cuota de responsabilidad le cabe al movimiento sindical para que esto llegara a aprobarse.
Nos queda ahora seguir luchando junto al trabajador y la trabajadora para tratar de paliar los impactos que tendrá esta reforma en la vida de todos.