27
Septiembre
2016
Brasil Mejico | Sindicatos | COCA COLA | TRANSNACIONALES

Crecer achicando los beneficios de los trabajadores

En Montevideo, Gerardo Iglesias
20160927 Femsa 714

Foto: www.logopub.net

FEMSA, la transnacional de origen mexicano que es a su vez la mayor embotelladora de productos de Coca Cola en el planeta, pasó a controlar casi el 50 por ciento del mercado brasileño del sector tras la adquisición, la semana pasada, de Vonpar. En su planta en la ciudad de Marilia, São Paulo, la transnacional está empecinada en disminuir los beneficios de la convención colectiva utilizando toda clase de artimañas que el Sindicato, la Rel-UITA y la CNTA han denunciado públicamente.
La transacción, por unos 1.120 millones de dólares, le significó a FEMSA hacerse con una firma que posee tres fábricas, emplea a 4.000 trabajadores, tuvo ingresos superiores a los 620 millones de dólares entre junio de 2015 y el mismo mes de este año y atiende a un mercado de 15 millones de consumidores en el mayor país de América Latina.

La compra, que todavía debe ser aprobada por las autoridades de la competencia de Brasil y la casa madre de Coca Cola en Estados Unidos, fue efectuada a través de la filial brasileña de FEMSA, Spal.

Nacida en 1909 en el estado de Monterrey, en los últimos meses FEMSA ha acentuado su expansión, no sólo en América Latina, su base central de operaciones, sino también en Asia, especialmente en Filipinas.

La compañía, que en 2015 registró ingresos consolidados superiores a los 20.000 millones de dólares, 18 por ciento más que el año anterior, emplea a cerca de 216.000 trabajadores en 12 países (11 de América Latina y Filipinas), donde tiene un mercado global cercano a los 357 millones de consumidores.

Coca Cola forma parte de su capital desde fines de la década de 1970, pero sigue siendo la familia Garza, una de las más poderosas de México en la actualidad, la que detenta la mayoría de las acciones de esta translatina.

Marília
Donde Femsa demuestra su pequeñez
Desde agosto, los trabajadores de FEMSA, en la localidad paulista de Marília, se enfrentan a una embestida contra su convenio colectivo estadual y son hostigados por la empresa por negarse a aceptar la pérdida de derechos laborales.

Aunque Femsa manifestó de manera informal que acataría lo estipulado en el Convenio estadual, por otro lado y contradictoriamente, se niega a dialogar con el Sindicato de Trabajadores de la Industria de la Alimentación de Marília (STIAM), legítimo representante de los operarios de la planta.

Veremos qué pasa.