06
Abril
2016
Con Eliécer Arteaga Vargas
Urabá ante la perspectiva de la paz
Urabá ante la perspectiva de la paz
Cambiar de modelo
En Apartadó, Gerardo Iglesias
Eliécer Arteaga Vargas | Foto: Gerardo Iglesias
Eliécer Arteaga es alcalde de Apartadó, en Urabá. En esta entrevista con La Rel profundiza sobre los desafíos que debe asumir el municipio y su región en el futuro próximo: el cambio de modelo económico, la construcción de la paz, el papel de las mujeres, la superación de la violencia.
-La región de Urabá cuenta actualmente con 175.000 habitantes, en comparación con los entre 80.000 y 85.000 que tenía en 1995. Es impresionante el crecimiento.
-Es una zona que ha presentado un aumento poblacional vertiginoso. Según los últimos datos estadísticos, crece entre 3,5 y 3,8 por ciento al año, y se estiman grandes inversiones.
Hay que acotar que el progreso trae mejoras, pero también una serie de conflictos sociales. Ya estamos en una etapa bastante compleja con relación a la violencia y la intolerancia en la región, producto del microtráfico y la formación de pandillas.
-Después de haber sido una de las regiones más violentas del mundo, Urabá se convirtió poco a poco en una zona de relativa paz, dentro del contexto social de un país que asumió la violencia como parte de su propia idiosincrasia.
-Aquí hay una tranquilidad superior a la de cualquier otra región del país. Nos toca hacer un esfuerzo para revertir la imagen de aquellos años oscuros.
-Es muy alto el porcentaje de mujeres jefas de hogar, eso llama bastante la atención…
-Sí. Existe un alarmante número de madres jóvenes que son cabeza de hogar, y es un debe que tenemos como sociedad.
Para cambiar estos modelos culturales y sociales se necesitan políticas educativas.
Por otro lado, si realmente se quiere incidir en la realidad es preciso trabajar con las mujeres, porque son ellas las que piden trabajo, las que lo necesitan para mantener al racimo de hijos, de los que muchas veces son las únicas responsables.
El tema de la mujer acá es muy importante en virtud de la generación de empleo. La rama que ofrece más empleo es la industria del banano, un sector que requiere una mano de obra mayoritariamente masculina por ser un trabajo muy manual.
Para revertir este cuadro habrá que impulsar una mayor industrialización de la economía y generar puestos de trabajo que incluyan a las mujeres.
-La incorporación de las mujeres al mercado de trabajo tiene repercusiones sociales bastante mayores que la de los varones, porque está comprobado que son mejores administradoras.
-Yo vengo del sector de la salud, donde la mano de obra es en 90 por ciento femenina, y noto perfectamente esa diferencia: la mujer es más responsable, no genera conflictos.
-Firmados los acuerdos de paz, ¿qué nuevos desafíos se presentan para la región?
-Urabá ha visto un crecimiento sostenido de su economía, de algo más del 4 por ciento anual. Si se da un proceso de paz serio y real crecerá mucho más y de esta forma podremos generar el tipo de empleo decente y digno al que aspiramos.
No podemos sin embargo obviar el tema del narcotráfico, que es un disparador de violencia. Si lográramos resolverlo tendríamos resuelto el 70 por ciento de los casos de violencia en Colombia.
-Un alcalde no se puede esconder tras los vidrios polarizados de una camioneta o tras sus guardaespaldas, como lo hacen otras autoridades de gobierno, porque es más que nada un miembro más de la comunidad. ¿Cómo maneja esta responsabilidad?
-Me he ido adaptando a la vida pública y sentir el calor de mi gente es muy gratificante, me preocuparía si nadie me busca para saludarme. La gente tiene mucha esperanza en que podamos construir cosas buenas para muchas familias que lo están necesitando.
-Estamos pensando hacer un acto público para recordar la construcción del Colegio en el Barrio Obrero, que fue fruto de la solidaridad internacional bien administrada. ¿Qué opina sobre esto?
-La solidaridad internacional es fundamental para impulsar proyectos sociales de alcance regional. El Colegio fue una obra donde participó la solidaridad de la UGTde España, la UITA, Sintrainagro y el gremio bananero nucleado en Augura, y como bien dices todo ese respaldo fue bien administrado.
Debemos buscar más el apoyo de organizaciones hermanas que estén interesadas en colaborar por ejemplo en infraestructura escolar, que es donde tenemos un gran déficit, sobre todo entre la población más vulnerable.
Bienvenidos todos aquellos que quieran ayudar.
-Es una zona que ha presentado un aumento poblacional vertiginoso. Según los últimos datos estadísticos, crece entre 3,5 y 3,8 por ciento al año, y se estiman grandes inversiones.
Hay que acotar que el progreso trae mejoras, pero también una serie de conflictos sociales. Ya estamos en una etapa bastante compleja con relación a la violencia y la intolerancia en la región, producto del microtráfico y la formación de pandillas.
-Después de haber sido una de las regiones más violentas del mundo, Urabá se convirtió poco a poco en una zona de relativa paz, dentro del contexto social de un país que asumió la violencia como parte de su propia idiosincrasia.
-Aquí hay una tranquilidad superior a la de cualquier otra región del país. Nos toca hacer un esfuerzo para revertir la imagen de aquellos años oscuros.
-Es muy alto el porcentaje de mujeres jefas de hogar, eso llama bastante la atención…
-Sí. Existe un alarmante número de madres jóvenes que son cabeza de hogar, y es un debe que tenemos como sociedad.
Para cambiar estos modelos culturales y sociales se necesitan políticas educativas.
Por otro lado, si realmente se quiere incidir en la realidad es preciso trabajar con las mujeres, porque son ellas las que piden trabajo, las que lo necesitan para mantener al racimo de hijos, de los que muchas veces son las únicas responsables.
El tema de la mujer acá es muy importante en virtud de la generación de empleo. La rama que ofrece más empleo es la industria del banano, un sector que requiere una mano de obra mayoritariamente masculina por ser un trabajo muy manual.
Para revertir este cuadro habrá que impulsar una mayor industrialización de la economía y generar puestos de trabajo que incluyan a las mujeres.
-La incorporación de las mujeres al mercado de trabajo tiene repercusiones sociales bastante mayores que la de los varones, porque está comprobado que son mejores administradoras.
-Yo vengo del sector de la salud, donde la mano de obra es en 90 por ciento femenina, y noto perfectamente esa diferencia: la mujer es más responsable, no genera conflictos.
-Firmados los acuerdos de paz, ¿qué nuevos desafíos se presentan para la región?
-Urabá ha visto un crecimiento sostenido de su economía, de algo más del 4 por ciento anual. Si se da un proceso de paz serio y real crecerá mucho más y de esta forma podremos generar el tipo de empleo decente y digno al que aspiramos.
No podemos sin embargo obviar el tema del narcotráfico, que es un disparador de violencia. Si lográramos resolverlo tendríamos resuelto el 70 por ciento de los casos de violencia en Colombia.
-Un alcalde no se puede esconder tras los vidrios polarizados de una camioneta o tras sus guardaespaldas, como lo hacen otras autoridades de gobierno, porque es más que nada un miembro más de la comunidad. ¿Cómo maneja esta responsabilidad?
-Me he ido adaptando a la vida pública y sentir el calor de mi gente es muy gratificante, me preocuparía si nadie me busca para saludarme. La gente tiene mucha esperanza en que podamos construir cosas buenas para muchas familias que lo están necesitando.
-Estamos pensando hacer un acto público para recordar la construcción del Colegio en el Barrio Obrero, que fue fruto de la solidaridad internacional bien administrada. ¿Qué opina sobre esto?
-La solidaridad internacional es fundamental para impulsar proyectos sociales de alcance regional. El Colegio fue una obra donde participó la solidaridad de la UGTde España, la UITA, Sintrainagro y el gremio bananero nucleado en Augura, y como bien dices todo ese respaldo fue bien administrado.
Debemos buscar más el apoyo de organizaciones hermanas que estén interesadas en colaborar por ejemplo en infraestructura escolar, que es donde tenemos un gran déficit, sobre todo entre la población más vulnerable.
Bienvenidos todos aquellos que quieran ayudar.