10
Marzo
2017
SINTRAINAGRO denuncia nuevo atentado
A la merced de los paramilitares
En Buenos Aires, Gerardo Iglesias
El Sindicato Nacional de Trabajadores de la Industria Agropecuaria (SINTRAINAGRO), que ha apoyado todos los procesos de paz que han tenido lugar en Colombia, denunció un nuevo atentado contra dos de sus dirigentes, ante la pasividad del gobierno nacional.
SINTRAINAGRO representa a 35.000 trabajadores dedicados a la producción y/o la exportación de banano, caña de azúcar, palma de aceite, arroz y flores.
A lo largo de su historia, el Sindicato ha respaldado todas las negociaciones de paz desarrolladas en el país, lo que le ha valido ser blanco directo de grupos armados opuestos a esos procesos.
Unos 1.300 dirigentes y afiliados del gremio han sido asesinados en ese marco, sobre todo por grupos paramilitares y esbirros de empresarios.
Por esa razón, SINTRAINAGRO se vio obligado a pedir protección y seguridad a algunos de los dirigentes de su Junta Directiva Nacional y de las diferentes subdirectivas en cada uno de los departamentos.
“Hoy tenemos una gran preocupación porque a la gran mayoría de dirigentes que el gobierno asignó seguridad se la han venido suspendiendo con la excusa de que ya no tenemos amenazas por estos grupos al margen de la ley”, dice un comunicado del gremio.
Las amenazas han seguido, y los atentados también.
El miércoles 8 por la tarde, la sede de SINTRAINAGRO en el municipio de Ciénaga, departamento de Magdalena, fue atacada por individuos que lanzaron una granada.
En ella se encontraban reunidos los dirigentes sindicales de la seccional de Ciénaga, encabezados por Medardo Cuesta y José Bello Ortega, tesorero y secretario de Educación de la Junta Nacional respectivamente.
Afortunadamente no hubo heridos, porque el artefacto explosivo no penetró en las oficinas.
El propio Cuesta y el presidente del Sindicato Guillermo Rivera Zapata ya habían sufrido un atentado en 2015, en el Valle del Cauca.
SINTRAINAGRO pide ahora la solidaridad del movimiento sindical nacional e internacional para que lo ayuden a exigirle al gobierno de Colombia que se garantice la seguridad de sus dirigentes y se busque y castigue a los responsables de estos ataques.
A lo largo de su historia, el Sindicato ha respaldado todas las negociaciones de paz desarrolladas en el país, lo que le ha valido ser blanco directo de grupos armados opuestos a esos procesos.
Unos 1.300 dirigentes y afiliados del gremio han sido asesinados en ese marco, sobre todo por grupos paramilitares y esbirros de empresarios.
Por esa razón, SINTRAINAGRO se vio obligado a pedir protección y seguridad a algunos de los dirigentes de su Junta Directiva Nacional y de las diferentes subdirectivas en cada uno de los departamentos.
“Hoy tenemos una gran preocupación porque a la gran mayoría de dirigentes que el gobierno asignó seguridad se la han venido suspendiendo con la excusa de que ya no tenemos amenazas por estos grupos al margen de la ley”, dice un comunicado del gremio.
Las amenazas han seguido, y los atentados también.
El miércoles 8 por la tarde, la sede de SINTRAINAGRO en el municipio de Ciénaga, departamento de Magdalena, fue atacada por individuos que lanzaron una granada.
En ella se encontraban reunidos los dirigentes sindicales de la seccional de Ciénaga, encabezados por Medardo Cuesta y José Bello Ortega, tesorero y secretario de Educación de la Junta Nacional respectivamente.
Afortunadamente no hubo heridos, porque el artefacto explosivo no penetró en las oficinas.
El propio Cuesta y el presidente del Sindicato Guillermo Rivera Zapata ya habían sufrido un atentado en 2015, en el Valle del Cauca.
SINTRAINAGRO pide ahora la solidaridad del movimiento sindical nacional e internacional para que lo ayuden a exigirle al gobierno de Colombia que se garantice la seguridad de sus dirigentes y se busque y castigue a los responsables de estos ataques.