Las actuales direcciones políticas del PSOE no son la causa de la desideologización del partido, sino que son la consecuencia de ella.
Volvamos a la pedagogía política, a la ejemplaridad, al espíritu humanista.
Reafirmémonos en el feminismo, interioricemos profundamente el ecologismo y denunciemos hasta quedar exhaustos este hiperconsumismo.
Volvamos a reconocer en el socialismo una forma de entender la vida y luchar por el mundo.
Si por algo se ha definido el socialismo a lo largo de la historia ha sido por mirar a la realidad, por no negarla, por no mirar para otro lado ante las injusticias y miserias.
Porque al mirar, al obligarnos a nosotros mismos a mirar, no podremos callar.