Aún es pronto para saber si la oleada de movilizaciones se mantendrá, o si tenderá a extinguirse a medida que se acerquen las elecciones municipales y estatales de octubre. También es cierto que no fueron tan masivas como las de junio de 2013, ni siquiera como las que protagonizó la derecha en 2015.
Pero lo importante, y lo que habrá de tener impacto de larga duración, es que los sectores populares volvieron a las calles, un espacio que nunca deberían haber abandonado y en el que se hizo fuerte la derecha para conseguir la destitución de Dilma."