El reciente informe de la organización británica Global Witness “Honduras: El lugar más peligroso para defender el planeta”1 advierte que 123 defensores y defensoras de la tierra y los bienes comunes han sido asesinados tras el golpe de Estado de 2009.
Otros han sido amenazados, perseguidos y encarcelados. Más del 90 por ciento de estos crímenes ha quedado en la impunidad.