Pérdida de soberanía alimentaria de los países, y muchas ganancias para las empresas en una punta y pérdidas para para los productores y los campesinos en la otra.
En el caso del maíz es evidente que perdemos soberanía alimentaria si no usamos la diversidad genética. Los maíces transgénicos no producen un kilo más por hectárea que las especies que existen en el país