“En el último encuentro de trabajadores lácteos al que me invitaron en la sede de Atilra, en Sunchales, que coincidió con la inauguración de un Centro de Estudios Tecnológicos, me di cuenta que el movimiento sindical chileno tiene que tener esa capacidad constructiva y no sólo reivindicativa”.
“Respeto mucho a los sindicatos argentinos. Aunque estamos muy lejos de estar como organización al nivel que están ellos, no dejamos de soñar y proyectarnos en ese ejemplo”.