El acortamiento de la duración de los contratos es un fenómeno relacionado con la progresiva precarización del empleo.
Esto se produce, sobre todo, a partir de 2010 y tiene que ver con la aplicación de sucesivos cambios legislativos que han ido otorgando mucho más poder a los empresarios y allanado el camino para profundizar en una utilización perversa, descausalizada e ineficiente de la contratación temporal.