Venimos escuchando al Ejecutivo atacar sistemáticamente a la industria azucarera nacional con los más diversos argumentos, afirmando por ejemplo que es cara, cuando existen probados estudios de que eso es falso.
Es preocupante el riesgo institucional que presentan algunas de las multas impuestas a los productores, los cuestionamientos que se hacen a determinados gremios, haciendo caso omiso del legítimo derecho a la libre asociación tanto de trabajadores como de empresarios.