Ser dirigente sindical no es una tarea sencilla, pero en Colombia es un pasaporte a la muerte. Guillermo continúa allá en Urabá, siendo un líder indiscutido.
El dirigente amigo
Es amigo, solidario, un tipo que cuando habla se lo ve emocionado y eso es lo que tenemos que sentir los dirigentes. Si no tenemos emoción no podemos transmitir nada y mucho menos defender a nuestra gente.