Asumimos la dirección al final de la dictadura, luego de haber atravesado persecución y cárcel.
En diciembre de 1985 la agrupación a la que pertenezco logró la unidad nacional para participar en las elecciones y enfrentar la lista oficial.
Ganamos en todo el país y desde entonces comenzamos a recuperar la organización que había quedado devastada después de la intervención cívico militar.
Recibimos un gremio completamente endeudado y sin estructura, no teníamos prácticamente nada. De ahí comenzamos a trabajar buscando la recuperación y logramos salir de la situación en la que nos habían dejado, pagamos las deudas y comenzamos a crecer.