Treinta y dos años ininterrumpidos de democracia constituyen en sí mismo un hecho para festejar teniendo en cuenta que la historia argentina del siglo XX ha estado plagada de golpes de Estado y sangrientas dictaduras militares, que despojaron al pueblo y a la clase trabajadora de sus libertades, de sus derechos y de sus conquistas sociales.
La democracia por sí sola, sin embargo, no garantiza la recuperación de esos derechos ni, menos aún, una progresiva mejora de las condiciones de vida y de trabajo de los trabajadores.
Trabajadores del mundo uníos!
Al tiempo que el capital se globaliza cada vez más, en función de una clara estrategia para la mejora de la rentabilidad y de los patrones de acumulación, la clase trabajadora -a nivel mundial, regional y local- está fracturada y desunida, alcanzando un grado de debilidad inédito, con índices de afiliación a veces tan bajos que asustan.
Por todo esto, y frente a los cambios políticos que se van a producir próximamente en nuestro país, desde esta modesta asociación sindical convocamos a la unidad del movimiento obrero argentino, sin exclusiones ideológicas ni partidarias.