El giro a la derecha es un proceso a escala mundial, tal como lo pueden atestiguar los trabajadores europeos, que tarde o temprano iba a llegar a Latinoamérica, como ha acontecido a lo largo de la historia.
Los funcionarios salientes y los dirigentes que apoyaron al gobierno también deberían hacer una autocrítica y abandonar la soberbia que algunos demuestran.
En lugar de correr presurosos a buscar el amparo de los nuevos funcionarios, los representantes sindicales deberemos cuestionarnos nuestra actuación en el pasado reciente.