Este modelo que promueve mayores privilegios a los que más tienen, que agranda las brechas sociales incrementando el trabajo precario, que flexibiliza cada vez más las condiciones laborales, tiene que ver con esta ola conservadora y neoliberal, que no es apenas un proceso local sino que se extiende peligrosamente por el mundo.
Siendo un acérrimo defensor de la democracia porque sufrí los atropellos de la dictadura, debo reconocer que ésta no supo tampoco resolver de la mejor manera los conflictos entre el capital y el trabajo. Al contrario, cada vez se profundiza y se agudiza más la diferencia entre ricos y pobres.