Los principales medios del país están tratando de desacreditar tanto la imagen de ella como la del Copinh, atacando su lucha contra el modelo capitalista, patriarcal y racista que impera en Honduras.
Conocemos perfectamente la lucha que llevó adelante mi madre, y entendemos que lo que le pasó es una muestra clara que estamos ante una escalada de la violencia. A esta gente no le importa nada, ya no tienen límites.
Esta lucha representaba una amenaza a la propuesta política, económica y social del Estado hondureño, de los grupos económicos y el mismo sistema que está detrás de ellos. Mi mamá era un estorbo para la realización de muchos proyectos que se enmarcan en un modelo extractivista, y que involucran a empresas privadas nacionales e internacionales y el gobierno.