Tenemos que hacer 24 habitaciones cada día, y hay días que llegas a tener hasta 10 y 12 salidas.
Entramos a las 7.30 y salimos a las 15.30. Pero mi trabajo no termina ahí. Llego a mi casa y me voy al mercado, lavo ropa, hago la comida para el día siguiente, preparo cena, recojo mi casa, y termino a las 11 de la noche.
Empresarios se aprovechan de la crisis
Querían que viniéramos a las 7 de la mañana para poder desayunar, y así a las 7.30 ya empezara nuestro trabajo. Y ahí nos opusimos. Dijimos todas: que ni hablar, que esos derechos eran adquiridos y no nos lo quitaba nadie.
El miedo a perder el trabajo
Las trabajadoras eventuales hacen lo que les piden y más. Y esto nos perjudica a nosotras, claro, pero hay que entender la situación de cada una.
Yo por suerte tengo trabajo, soy fija discontinua, y tengo seis meses asegurados, pero una eventual que tiene dos meses de trabajo debe aprovechar horas, días libres, lo que sea.