Cuando terminó la negociación, las camareras nos dijimos que ya estaba bien, que teníamos que hacer algo para que esto terminara, y con la ayuda del libro, “Las que limpian los hoteles”, nos dimos cuenta que teníamos que hacer visibles ante nuestro Sindicato y a nivel público las condiciones en las que estábamos.
Vimos que todas estábamos masacradas tanto física como psicológicamente, y decidimos que estos temas los teníamos que llevar a través de los comités de salud.
Entonces decidimos formar un grupo de trabajo en el que hubiera representantes de los principales hoteles de Cádiz, y que fueran delegadas de prevención, a ser posible camareras de piso.