Las camareras de pisos son casi en su totalidad mujeres (¿casualidad?). Muchas son inmigrantes o pertenecientes a minorías. Su trabajo se asocia a las tareas de cuidado y limpieza que las mujeres han realizado tradicionalmente en su casa, el cual normalmente suele ser un trabajo manual, sucio, mal remunerado y prácticamente invisible.
Cobran unos 700 € al mes, les sale muchas veces a 2,5 € por habitación.
Ocupan una categoría profesional inferior, por debajo de hombres que realizan tareas similares, como los camareros del restaurante del mismo hotel.
Todo el mundo tiene miedo de que le despidan, a perder los días libres, que no las llamen el próximo año... miedo a denunciar abusos.