Ego vs Vanidad La primera guerra de la cerveza a la que asistió Colombia en la década de los 90 se originó en un asunto de egos y en la misma a ninguno de los dos contendientes le fue bien. En esa guerra de la vanidad y el capricho, los centenares de trabajadores que perdieron su trabajo fueron considerados, como en las guerras de verdad, un “daño colateral”.
CCU, un socio fuerte
Después de 15 años, el regreso de Postobón al negocio de cervezas es muy diferente frente a las condiciones existentes a finales del siglo pasado.
Postobón tiene hoy dos condiciones que no se cumplían a mediados de los 90: un socio fuerte y una marca poderosa. La asociación con CCU incluye la construcción de una planta para la elaboración de marcas propias de esta bebida, en la que invertirán 400 millones de dólares en varias etapas durante los próximos tres años y estará en operación en 2017.
Bavaria
El mercado cervecero es controlado por Bavaria. Según la firma especializada en consumo Raddar en Colombia se venden alrededor de 50 marcas y las de Bavaria representan cerca del 93% del volumen y el 92% en valor.
Mientras Bavaria controla el mercado con Póker, Club Colombia, Águila, Pilsen, Costeña, Peroni, Miller y Redd’s en sus múltiples versiones, el aterrizaje de Heineken promete que la disputa se inicie en el segmento premium, campo que domina Bavaria con Club Colombia.
La situación internacional
En los últimos meses, la especulación de compras y ventas de gigantes cerveceros ha estado en la agenda.
Curiosamente Heineken estuvo a punto de formar parte del portafolio de SABMiller (que adquirió Bavaria y en la que hoy el Grupo Santo Domingo tiene 14%), cuando en septiembre pasado hubo fuertes rumores de su interés de comprar a la holandesa.