El viernes 27, mientras el coronel uruguayo Manuel Cordero oía en Buenos Aires cómo la justicia argentina lo condenaba a 25 años de cárcel por su participación en el Plan Cóndor, uno de sus camaradas, José Gavazzo, que había participado en los mismos secuestros, desapariciones y torturas, se aprestaba en Montevideo a ir al cumpleaños de su nieta. Paradojas de la justicia y de los procesos políticos a uno y otro lado del Río de la Plata.