19
Julio
2016
Cuando la semiesclavitud explica el éxito de JBS
MPT de Santa Catarina ordena investigación contra directores y gerentes de JBS por superexplotación laboral
En Montevideo, Gerardo Iglesias
Ilustración: Rel-UITA
El Ministerio Público del Trabajo del estado de Santa Catarina (MPT-SC) dispuso una investigación policial contra directivos de JBS Foods Macedo São José (propiedad del Grupo JBS) por someter a sus trabajadores a jornadas laborales de más de 16 horas y otras aberraciones, propias de JBS y de todo el sector cárnico brasilero.
En la página web de JBS se consigna que “con seis décadas de historia, JBS es actualmente el mayor productor de proteínas y la segunda mayor empresa de alimentos del mundo”.
También se subraya que la transnacional posee “más de 300 unidades de producción, contando con más de 230 mil colaboradores (léase trabajadores) y con una capacidad para procesar por día más de 80 mil bovinos, 14 millones de aves, 110 mil suinos y 100 mil piezas de cuero (…) y que atiende a “más de 300 mil clientes en más de 150 naciones alrededor del mundo”.
Eduardo Galeano decía con razón que grande no es sinónimo de grandeza, y el sayo le calza a la perfección a esta compañía que mata animales y masacra trabajadores en las mismas instalaciones.
Volviendo a la vitrina virtual de JBS, en el sector “información corporativa” se visualiza un capítulo denominado “sustentabilidad”, en el que declara que la compañía “acredita que la inclusión de principios de sustentabilidad en todas las operaciones permite la innovación y la evolución continua de sus negocios”.
Si se busca el término sustentabilidad vamos a encontrar definiciones que en lo social están relacionadas con la adopción de valores que generan comportamientos armónicos con la naturaleza y entre los seres humanos.
Nada más alejado de la práctica criminal que JBS mantiene con sus trabajadores y trabajadoras.
También se subraya que la transnacional posee “más de 300 unidades de producción, contando con más de 230 mil colaboradores (léase trabajadores) y con una capacidad para procesar por día más de 80 mil bovinos, 14 millones de aves, 110 mil suinos y 100 mil piezas de cuero (…) y que atiende a “más de 300 mil clientes en más de 150 naciones alrededor del mundo”.
Eduardo Galeano decía con razón que grande no es sinónimo de grandeza, y el sayo le calza a la perfección a esta compañía que mata animales y masacra trabajadores en las mismas instalaciones.
Volviendo a la vitrina virtual de JBS, en el sector “información corporativa” se visualiza un capítulo denominado “sustentabilidad”, en el que declara que la compañía “acredita que la inclusión de principios de sustentabilidad en todas las operaciones permite la innovación y la evolución continua de sus negocios”.
Si se busca el término sustentabilidad vamos a encontrar definiciones que en lo social están relacionadas con la adopción de valores que generan comportamientos armónicos con la naturaleza y entre los seres humanos.
Nada más alejado de la práctica criminal que JBS mantiene con sus trabajadores y trabajadoras.
Semiesclavitud y barbarie
El terrorismo del lucro
En São José, municipio de la periferia de la turística ciudad de Florianópolis, en Santa Catarina, el MPT concluyó una inspección del frigorífico que JBS adquirió en 2014.
En su decisión el MPT acusó al director de Producción de Aves Isauro Antônio Paludo, el gerente Corporativo de Aves, Claudemir Alessi, y el gerente de Producción de la planta de São José, Leonardo Souza Beyer, de tener a los empleados del frigorífico en condiciones de semiesclavtitud y violar diversas resoluciones judiciales.
El auditor fiscal del trabajo Fernando Lima da Cruz constató más de 670 infracciones cometidas por los empresarios entre octubre de 2015 y marzo de 2016.
Los trabajadores del establecimiento son sometidos a jornadas híper extensas, carecen de los reposos que estipula ley y padecen enfermedades de diverso tipo (fundamentalmente osteomusculares), concluyó la inspección.
El fiscal del trabajo Sandro Eduardo Sardá, coordinador nacional del Proyecto de Adecuación de las Condiciones de Trabajo en los Frigoríficos, dijo a su vez que las irregularidades constatadas en Sao José “son compatibles con un frigorífico de 5.000 empleados investigado por el MPT en el municipio de Chapecó en 2008”, cuando todavía no regía la NR 36.
“Es inadmisible que en Macedo, que cuenta con 1.300 empleados”, haya una cantidad de violaciones al derecho laboral similar a las comprobadas ocho años atrás en un frigorífico de 5.000 trabajadores.
En su decisión el MPT acusó al director de Producción de Aves Isauro Antônio Paludo, el gerente Corporativo de Aves, Claudemir Alessi, y el gerente de Producción de la planta de São José, Leonardo Souza Beyer, de tener a los empleados del frigorífico en condiciones de semiesclavtitud y violar diversas resoluciones judiciales.
El auditor fiscal del trabajo Fernando Lima da Cruz constató más de 670 infracciones cometidas por los empresarios entre octubre de 2015 y marzo de 2016.
Los trabajadores del establecimiento son sometidos a jornadas híper extensas, carecen de los reposos que estipula ley y padecen enfermedades de diverso tipo (fundamentalmente osteomusculares), concluyó la inspección.
El fiscal del trabajo Sandro Eduardo Sardá, coordinador nacional del Proyecto de Adecuación de las Condiciones de Trabajo en los Frigoríficos, dijo a su vez que las irregularidades constatadas en Sao José “son compatibles con un frigorífico de 5.000 empleados investigado por el MPT en el municipio de Chapecó en 2008”, cuando todavía no regía la NR 36.
“Es inadmisible que en Macedo, que cuenta con 1.300 empleados”, haya una cantidad de violaciones al derecho laboral similar a las comprobadas ocho años atrás en un frigorífico de 5.000 trabajadores.
Jornadas interminables
En un clima de terror
Las irregularidades en la planta de Santa Catarina no son nuevas: una inspección efectuada en 2014 ya había comprobado más de 3.550 casos de jornadas de más de 10 horas de duración y múltiples casos de intervalos entre jornadas muy inferiores a las 11 horas de duración fijada por la ley, así como falta de equipos de protección adecuados.
A mediados de 2015 el frigorífico Macedo fue intimado por la justicia a rever esas prácticas. Al no hacerlo fue condenado a pagar importantes multas.
Sardá destacó que la realidad laboral en el frigorífico de Santa Catarina es similar a la que predomina en el conjunto de esta industria en Brasil.
Los trabajadores del sector, dijo el fiscal, están sometidos a elevados factores de riesgo, como ritmos inhumanos, peligros de accidentes graves, agentes insalubres, posturas inadecuadas, humedad y frío en los establecimientos.
Tan graves son esas “irregularidades” que sus responsables no deben ser imputados de violaciones al derecho laboral sino de actos criminales, señaló.
Para colmo de males de JBS, el 15 de julio el Ministerio de Trabajo prohibió la operativa del frigorífico Seara AlimentosLtda. en Frederico Westphalen, una localidad del estado de Río Grande do Sul.
La decisión está basada en razones de “salud y seguridad”. Las inspecciones realizadas a la planta desde 2014 verificaron “riesgos graves e inminentes de accidentes y dolencias graves para los trabajadores”, lo mismo que se ha denunciado en Sao José y otras localidades en que JBS posee frigoríficos.
Durante la aplicación de la decisión, los trabajadores deberán seguir cobrando sus salarios normalmente.
Mientras, JBS seguirá anunciando a viva voz que es una compañía sustentable, orgullo de Brasil.
A mediados de 2015 el frigorífico Macedo fue intimado por la justicia a rever esas prácticas. Al no hacerlo fue condenado a pagar importantes multas.
Sardá destacó que la realidad laboral en el frigorífico de Santa Catarina es similar a la que predomina en el conjunto de esta industria en Brasil.
Los trabajadores del sector, dijo el fiscal, están sometidos a elevados factores de riesgo, como ritmos inhumanos, peligros de accidentes graves, agentes insalubres, posturas inadecuadas, humedad y frío en los establecimientos.
Tan graves son esas “irregularidades” que sus responsables no deben ser imputados de violaciones al derecho laboral sino de actos criminales, señaló.
Para colmo de males de JBS, el 15 de julio el Ministerio de Trabajo prohibió la operativa del frigorífico Seara AlimentosLtda. en Frederico Westphalen, una localidad del estado de Río Grande do Sul.
La decisión está basada en razones de “salud y seguridad”. Las inspecciones realizadas a la planta desde 2014 verificaron “riesgos graves e inminentes de accidentes y dolencias graves para los trabajadores”, lo mismo que se ha denunciado en Sao José y otras localidades en que JBS posee frigoríficos.
Durante la aplicación de la decisión, los trabajadores deberán seguir cobrando sus salarios normalmente.
Mientras, JBS seguirá anunciando a viva voz que es una compañía sustentable, orgullo de Brasil.