Sindicato demuestra para qué está
El caso de Seara, una advertencia para todos los empleadores del país
Son varios los ejemplos de la actitud negligente de la firma hacia sus trabajadores. La muerte de un empleado en un túnel de refrigeración y las múltiples condenas que ha sufrido la firma por no cuidar la salud de sus empleados son algunos de ellos.
En 2011 Seara fue condenada a pagar cerca de 5 millones de dólares por daño moral colectivo; en 2013 el TST dictaminó que su filial de Santa Catarina violó la Constitución al restringir el uso de los sanitarios a una trabajadora y ese mismo año se le infligió una multa equivalente a 10 millones de dólares. En esta oportunidad el TST comparó al servicio médico de la compañía con los médicos que colaboraron con la dictadura militar.
El TST decidió también que la planta de Seara de Forquilinha, en Santa Catarina, deberá adecuar el local laboral a las necesidades de los trabajadores.
Según los jueces se pudo comprobar que Seara Alimentos precariza el ambiente laboral y no adopta las normas de protección exigibles única y exclusivamente para incrementar las ganancias de sus propietarios.
Es la victoria de David contra Goliat, resume Gilvan Francisco, abogado del Sindicato de Trabajadores de la Industria de la Alimentación de Criciúma y Región, afilado a la CUT.
Este resultado solo fue posible gracias a la determinación, el valor y el compromiso con los derechos de los trabajadores de los procuradores Gean Voltolini, Sandro Sardá y del presidente del Sindicato Célio Elias, dijo.
Sus esfuerzos permitieron que se realizara una amplia investigación y que se llegara a determinar las irregularidades que causan lesiones por esfuerzo repetitivo, culminando con fallos históricos, entre ellos una condena a abonar 10 millones de dólares, la mayor indemnización por daños morales colectivos pagada en Brasil, resume Gilvan.
Maximiliano Nagl Garcez, abogado contratado por el Sindicato para representarlo ante el TST, considera que se trata de una importante victoria para todos los trabajadores del país y no solo para los de los frigoríficos.
“El TST envió un claro mensaje a JBS y también a los propietarios de establecimientos frigoríficos y a todos los empleadores: ‘no es posible que una empresa reciba ganancias gigantescas y, al mismo tiempo, trate a sus trabajadores de forma tan cruel e inhumana’”.
Maximiliano destaca que “no hay problema en el hecho de que JBS obtenga lucros considerables”.
“Lo que Brasil no puede permitir más es que esos lucros se generen a costa de la vida de miles de trabajadores y trabajadoras sometidos a condiciones infrahumanas. El trabajo humano debe significar dignidad, satisfacciones e ingresos, y no causar enfermedad, mutilación y muerte”, concluyó el abogado.
Nota: (Por detalles sobre los fallos de la justicia en este caso ver la nota “Nueva multa para JBS, Engordando un ya abultado prontuario”, publicada en La Rel el 27 de noviembre).
Publicado por: Daniel García