“Aquí se está intentando un ajuste aún más brutal que el ya realizado, y vamos a necesitar unificar esfuerzos”
Cuando todo esté precarizado, nada será precario
-¿Cómo evalúan estos primeros tiempos luego de la fusión?
-Con mucho trabajo y mucha ilusión de poner en marcha un proyecto nuevo. Pensamos además que es el momento para reunir fuerzas en el sector servicios.
Para una organización como CCOO, que tiene 60 por ciento de sus afiliados en el sector servicios, en un país como España, cuyo PIB depende en 75 por ciento del sector terciario, es muy importante reunir esfuerzos, cuadros, recursos para prepararnos para un nuevo período.
-La fusión se dio en un momento muy crítico, desde el punto de vista económico, social, sindical.
-Sí, pero está enmarcada en una estrategia confederal. Aquí se está intentando un ajuste aún más brutal que el ya realizado, y vamos a necesitar unificar esfuerzos.
La devaluación salarial conducida por la Troika (Banco Central Europeo, Comisión Europea, Fondo Monetario Internacional) apunta a modificar las condiciones laborales y las condiciones contractuales, partiendo las negociaciones e intentando minar la fuerza de los sindicatos.
Es una estrategia a nivel europeo, pero que se aplica con especial fuerza en España. El paradigma de esta estrategia es el sector de la hostelería.
-Un sector que no deja de crecer. El pasado año España recibió unos 65 millones de turistas extranjeros, una cifra record…
-Es correcto. Por ejemplo ahora la hostelería en la Península Ibérica, en Baleares y Canarias,está teniendo una coyuntura muy favorable, los hoteles están teniendo grandes ganancias y están creando empleos…
-Empleo basura…
-En su mayoría son a tiempo parcial. Nuestro gran desafío es profundizar la lucha para acompasar ese crecimiento con la generación de empleo de calidad y buenos salarios.
Todo redunda en una precarización que puede conducir a matar a la gallina de los huevos de oro, porque se estaría afectando la calidad y este es un sector en el que hay personas al servicio de personas.
Esta es la mayor industria de España, por lo que genera de dinero y empleo y por su capacidad de innovación. Si se encamina en esta dirección de precarización absoluta, va a su propia perdición.
A futuro, las cosas pueden cambiar, porque está cambiando el marco laboral en la Unión Europea. Habrá mucha más homogenización de situaciones.
Lo que nos tememos es que se generalice lo que ya se está produciendoespecial en la Zona Euro: el intento de que las organizaciones sindicales tengan menos implantación entre las plantillas.
Ya empieza a haber una gran exclusión de los trabajadores de la negociación colectiva y de la sindicalización, que viene de la generalización de los empleos precarios, de los llamados minijobs, y que hace que una persona trabaje hoy para uno, mañana para otro y se le haga objetivamente muy difícil sindicalizarse.
El sindicalismo se tiene que replantear cómo representa a esas personas. Y aquí en España lo estamos haciendo a partir de reivindicaciones de carácter socio-político, metasindicales por así decirlo.
Ahora estamos reivindicando una renta mínima que cubra las necesidades básicas de los trabajadores excluidos, precarios, para aquellos que están desempleados.
Eso trasciende la mera negociación colectiva, es un tema que le corresponde al parlamento. Y a él le llevaremos en los próximos meses más de 500.000 firmas para que se legisle en esa línea.
No hay elemento más disolvente en una sociedad compleja que la desigualdad de ingresos.
-En esta situación de crisis, ¿la gente se acerca a los sindicatos? ¿Cómo percibe la opinión pública al movimiento sindical?
-Cuando el sindicato da respuesta a los problemas la gente se acerca. Es lo que está pasando ahora: la gente tiene problemas y se acerca, para pedir por pequeñas cosas, para juntarse, montar redes.
Hay que diferenciar entre opinión pública y opinión publicada. La opinión publicada es muy refractaria a todo lo que sea organización colectiva. La opinión pública, en cambio, va en otro sentido.
El mejor ejemplo es el nivel de afiliación. Cayó, pero mucho menos que lo que cayó el nivel de empleo.
El sector financiero, para poner un caso, perdió 60 mil empleos en siete años, de 275.000 a 215.000 trabajadores, pero nuestro nivel de afiliación creció.
Nosotros estamos hoy en un proceso de reorganización para poder responder a las nuevas situaciones.
En particular en la hostelería pensamos que tenemos gran capacidad de crecimiento, de generar organización, de formar cuadros.
Estamos atendiendo a una población activa de alrededor de 4,5 millones de trabajadores. Menos de un millón están en empresas grandes, el resto en PYMES, como es la situación general en España.
Tenemos que generar nuevos y más recursos para extender la acción sindical a esas pequeñas empresas hoy que se están multiplicando, a veces muy micro.
Es un desafío sumamente importante que se nos plantea actualmente.
Fotos: Gerardo Iglesias