¿Más PIB turístico con menos empleo?
Foto: Gerardo Iglesias
Me parece una reflexión inicial esencial para comentar los resultados de la llamada Cuenta Satélite del Turismo de España (CSTE) que el Instituto Nacional de Estadística español (INE) hizo pública el 22 de junio, y que incluye la evolución de datos estadísticos en el periodo 2010 -2014.
Pero, ¿qué es la CSTE? Dicho en pocas palabras, es un conjunto de estimaciones estadísticas, basadas en la metodología de la Contabilidad Nacional, que nos proporcionan los agregados económicos [distintas actividades económicas] principales ligados al sector turístico.
Fundamentalmente, los indicadores macroeconómicos que incorpora son la aportación del turismo al PIB español total, al global de empleo, y a la producción y a la demanda turística.
Es, ciertamente, una información que se elabora con una metodología compleja, pero técnicamente sólida, y que está basada en las recomendaciones y directrices establecidas en el Sistema Europeo de Cuentas (SEC) de 2010, así como en las Recomendaciones Internacionales sobre Estadísticas de Turismo de 2008 y en el Manual sobre Cuenta Satélite de Turismo de Naciones Unidas (2).
Lamentablemente, no hay en el mundo estado que haya hecho el más mínimo caso al informe codirigido por los profesores Joseph E. Stiglitz, AmartyaSen y Jean-PaulFitoussi, al que he hecho referencia al inicio de estas líneas.
En ese informe se podía leer: “el modo en que las estadísticas se publican o se utilizan puede dar una visión distorsionada de las tendencias económicas. Así, se hace generalmente hincapié en el PIB, mientras que nociones como la de producto nacional neto (que refleja los efectos de la depreciación del capital) o la de ingreso real de los hogares (centrada en los ingresos efectivos de los hogares en el seno de la economía) pueden ser más pertinentes”.
“Sin embargo, puede haber grandes diferencias entre esas cifras. Por tanto, el PIB no es erróneo en sí, sino que se emplea de forma errónea. Por tanto, necesitamos comprender mejor el uso adecuado de cada instrumento de medición”.
Soy muy crítico con la adoración neoliberal a un indicador como el PIB que, no se olvide, en la Unión Europea y en España computa el negocio del tráfico de drogas y de la prostitución.
Pero lo soy aún más con el PIB turístico que, efectivamente, requiere un “mejor uso” de este indicador para que sea éticamente soportable.
¿Cuánto del incremento del PIB turístico español es consecuencia de un Mediterráneo con la mayoría de “destinos turísticos” en guerra?
Justamente antes de empezar a escribir estas líneas me entero del terrible atentado terrorista perpetrado la noche del 29 de junio en el aeropuerto Atatürk de Estambul: ¿cuántas décimas incrementará este baño de sangre el PIB turístico español de 2016?
Vayamos a los datos sobre evolución del PIB y del empleo contenidos en esta Cuenta Satélite del Turismo de España 2010-2014.
La aportación del PIB asociado al turismo al PIB total alcanzó los 113.690 millones de euros. Esta cifra supone el 10,9 por ciento del PIB total en 2014. La evolución de esta aportación se ha ido incrementando en toda la serie analizada: 10,2 por ciento en 2010; 10,5 en 2011; 10,6 en 2012; 10,7 en 2013; hasta el ya mencionado 10,9 por ciento de 2014.
En 2014 el volumen de empleo vinculado al turismo se situó en 2,36 millones de puestos de trabajo.
Según la CSTE el peso del empleo turístico sobre el empleo total no ha dejado de crecer en el quinquenio analizado, al pasar de un 11,6 por ciento en 2010 a un 12,7 en 2014 (en 2011, 2012 y 2013 fue, respectivamente, de 11,7, 12,0 y 12,1 por ciento).
Las autoridades españolas suelen presentar cualquier cifra turística como positiva sin ningún matiz, y, sin embargo, no han manifestado gran entusiasmo con esta CSTE.
Probablemente el motivo sea doble: por una parte, el de ausencia de actualidad, ya que la información solamente llega hasta 2014.
Hay que tener en cuenta que el discurso del crecimiento de la turistización de la economía española requiere torpedear a la opinión pública con mensajes estadísticos de actualidad que anuncien una coyuntura siempre positiva.
A veces los datos más estructurales y consolidados no sirven para ese mensaje propagandístico.
Precisamente -y este es el segundo motivo de la ausencia de grandes presentaciones elogiosas por parte del establishment político y empresarial turístico- una tendencia al alza en cuanto a PIB y empleo no sirve para el discurso de turistización sin límite.
Hay varias razones para sostener que de la CSTE que comentamos se pueden desprender indicadores nada positivos:
1.- Si se tiene en cuenta que, para hacer los cálculos de esta estadística se consideran los productos y las ramas de actividad características del turismo de forma muy amplia (4), parece bastante exagerado otorgar al turismo sensu stricto los resultados antes apuntados.
2.- No obstante lo anterior y sin que sea contradictorio, se puede decir que, si crece el peso del PIB y del empleo turístico sobre el PIB y el empleo total, es, en parte, porque otras actividades (entre otras las industriales y las asociadas a las actividades de I+D+i) decrecen en su aportación a la economía y al empleo global en España.
Parece evidente que la constante financiarización de la economía española incorpora, cada vez más, un aumento del papel turístico-hotelero vía inversiones de fondos internacionales.
Mallorca es un ejemplo paradigmático de este proceso de “financiarización turística”, tal y como pusieron de manifiesto informaciones periodísticas que titulaban: “Fondos internacionales se lanzan a la compra de hoteles en Mallorca” (5) o “Los inversores se lanzan a la caza de hoteles” (6).
Todo indica que el crecimiento de este colectivo ha aumentado mucho en el año 2015, lo cual muestra que la CSTE debería hablar de aumento del trabajado precario, especialmente en actividades típicamente turísticas como la hostelería y la restauración que, a su vez, sufren otros procesos de precarización laboral asociados al uso y abuso de la contratación temporal y parcial y de la externalización.
Hay que recordar que estos procesos de precarización laboral -que dan pie a cada vez más episodios de explotación laboral- son perfectamente legales en aplicación de la actual legislación laboral española.
4.- Con todo, la aportación -medida en millones de euros- del PIB que genera el sector turístico al PIB del total de la economía española crece un 2,8 por ciento, y, por el contrario, el empleo turístico tiene un crecimiento inferior al 0.5 por ciento.
Es muy probable que esta tendencia nos esté anunciando una perspectiva de crecimiento turístico sin crecimiento equivalente de empleo.
Acabo señalando que me parece fundamental asociar cualquier análisis de los mercados laborales turísticos, a la evolución de dos tendencias:
Primera: la evolución de los escenarios de “crecimiento sin empleo”(7) es decir, de situaciones en las cuales hay crecimiento del PIB (de cantidad de productos fabricados y/o servicios prestados) sin que haya un aumento paralelo de efectivos laborales para conseguirlo. Dicho en otras palabras, cuando “No hay relación entre crecimiento y creación de ocupación” (Jordi Galí y Luca Gambetti).
En este sentido, conviene recordar que, en opinión de estos dos economistas, “La relación entre crecimiento y creación de ocupación ha evolucionado a lo largo del tiempo. Puede atribuirse a cambios en el marco regulatorio del mercado laboral, a la estructura productiva concreta, a la organización de la empresa o a factores más generales como la financiarización de la economía y la globalización”.
Estas palabras de Galí y Gambetti definen a la perfección la situación de la actividad turística en el Reino de España en este siglo XXI: la Reforma Laboral de 2012 ha flexibilizado hasta tal extremo las relaciones laborales y ha aumentado tan extraordinariamente el poder empresarial que cada día es más frecuente la reducción de mano de obra que, con unos ritmos de trabajo mayores, consigue iguales o mayores tasas de productividad.
Por otro lado, “la organización de la empresa” se ha consolidado como una organización estacional, de estancias turísticas medias a la baja, de descentralización productiva (externalización), de importante tecnificación en los procesos productivos, y de consolidación del “todo incluido” y de la oferta turística SUM (“Sírvase Usted Mismo”).
“Los institutos estadísticos deberían integrar en sus encuestas preguntas cuyo objetivo sea conocer la evaluación que cada uno hace de su vida, de sus experiencias y de sus prioridades.”
No puedo estar más de acuerdo, y, por eso, me atrevo a sugerir que debería existir una especie de Informe sobre Desarrollo Humano específico del ámbito turístico en la línea del informe del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) de 2015 titulado “Trabajo al servicio del desarrollo humano” (8).
En conclusión: hay muchas posibilidades de que los escenarios de crecimiento del PIB turístico no vayan acompañados de crecimientos equivalentes de empleo, y aún hay más posibilidades de que el trabajo remunerado en el sector turístico sufra una aceleración en su proceso de precarización, hasta el punto de que trabajar en empresas de algunas actividades medulares del sector (por ejemplo hostelería, restauración o servicios de handling en los aeropuertos) sea sinónimo de pobreza laboral y antónimo de trabajo decente.
Pero, en cualquier caso, téngase en cuenta que, en palabras de Alvin Toffler “no hay un solo futuro posible, sino múltiples futuros”.
En este sentido, seguro que el movimiento sindical, con la organización, la movilización y la negociación colectiva, podrá ofrecer a los trabajadores y las trabajadoras del turismo un futuro de dignidad, solidaridad, trabajo seguro, saludable, estable y bien remunerado, y, en definitiva, de justicia social.
Notas
1 Ver informe en este enlace: http://goo.gl/UTjdj2
2 Ver Nota metodológica aquí: http://goo.gl/hUxIra
3 Los datos de 2012 y 2013 son provisionales y los de 2014 son avanzados.
4 Productos característicos del turismo: Servicios de alojamiento, servicios inmobiliarios, servicios de comidas y bebidas, servicios de transporte por ferrocarril de pasajeros, otros tipos de transporte terrestre de pasajeros , servicios de transporte marítimo de pasajeros, servicios de transporte aéreo de pasajeros, servicios de alquiler de vehículos de motor, servicios de agencias de viajes, operadores turísticos y otros servicios relacionados, servicios culturales, servicios deportivos, recreativos y de entretenimiento, y servicios turísticos de no mercado de las administraciones públicas. Ramas de actividad características del turismo: Alojamiento, actividades inmobiliarias, servicios de comida y bebida, transporte por ferrocarril, otro transporte terrestre de pasajeros, transporte marítimo y por vías navegables interiores, transporte aéreo y espacial, actividades de alquiler de vehículos de motor, actividades de agencias de viajes, industria cultural, y actividades deportivas, recreativas y de entretenimiento
5 Diario de Mallorca: http://goo.gl/m9yzMt
6 Diario de Mallorca: http://goo.gl/wiyCly
7 Hay que recordar que según las Previsiones de World Travel & Tourism Council (WTTC), que fueron presentadas en la Feria Turística de Madrid, FITUR, de 2014: “El sector turístico contribuirá a la creación de puestos de trabajo a un ritmo del 0,5% anual, con la hostelería como motor. Los más de 2,7 millones de ocupaciones directas e indirectas que generará el sector en 2023 no bastarán para mantener su peso actual. Caerá casi un 1 por ciento”.
8 Ver informe aquí: http://goo.gl/e4HBxk