14
Agosto
2017
III Reunión del Clamu
Con Martha Mercado
Con Martha Mercado
“Estamos venciendo el miedo”
Hotel Crowne Plaza de Managua, una empresa de terror
En Montevideo, Daniel Gatti
Martha Mercado | Foto: Nelson Godoy
“Las mujeres tenían terror a la organización sindical porque la empresa incidía, pero ahora lo estamos revirtiendo”, dijo a La Rel Martha Mercado, secretaria de organización del Sindicato “Gutiérrez y Martínez” del Hotel Crowne Plaza de Managua.
La entrevista con la dirigente sindical tuvo lugar hace un mes, el 12 de julio en Brasilia, durante la 3ª reunión del Comité Latinoamericano de la Mujer de la UITA (Clamu), pero adquiere un valor particular actualmente.
La justicia nicaragüense acaba de dar la razón a dos empleados del hotel que habían demandado a la empresa por haber sido arbitrariamente despedidos, el 31 de enero pasado.
La dirección del Crowne Plaza adujo una supuesta reestructuración del personal, pero la razón real del despido es que ambos tenían un importante grado de incapacidad por accidentes de trabajo y enfermedades profesionales contraídas laborando para este establecimiento por el InterContinental Hotels Group (IHG), el mayor consorcio hotelero del mundo.
Los despedidos fueron Nancy González Granera y Manuel Munguía González.
La mujer, camarera de piso de 26 años, viuda y madre de un niño de 7 años, padece el síndrome del túnel carpiano, daños severos en los nervios de ambas manos, radiculopatía cervical y lumbalgia.
El hombre es cocinero, tiene 38 años y debió ser sometido a varias operaciones por sucesivos accidentes laborales que lo llevaron a padecer graves lesiones en las rodillas.
González Granera inició el proceso de solicitud de incapacidad laboral ante el Instituto Nicaragüense de Seguridad Social (Inss), mientras Munguía ya se benefició de tres resoluciones de incapacidad permanente parcial y una de incapacidad total.
La empresa propietaria del Crowne Plaza les aplicó sin embargo un artículo del Código Laboral que autoriza el despido sin justificación de causa, pero la jueza del caso consideró, siguiendo la opinión del Sindicato, que se trató de licenciamientos arbitrarios.
Tras la resolución judicial, Mercado dijo a La Rel que el Sindicato permanecerá movilizado en defensa de sus afiliados en razón que la empresa apelará el fallo.
“Es una empresa que se acostumbró a atemorizar a los sindicalistas y a su personal, en especial a las mujeres”, había dicho en Brasilia.
El personal del hotel es fundamentalmente masculino. Las mujeres hacen sobre todo labores de camareras de piso. Por lo general son madres solteras y tienen que llevar adelante sus hogares sin ayuda alguna.
“No sólo son víctimas de la represión antisindical que sufre todo el personal. Las discriminan por las enfermedades que están desarrollando por sus propias actividades, como túnel carpiano, tendinitis severa, lumbalgia”, dice Mercado.
En los últimos tiempos el Sindicato había logrado que poco a poco las mujeres se fueran integrando a sus actividades, a los talleres de capacitación.
“La campaña internacional por la dignificación de las camareras de piso impulsada por la UITA vino muy bien para que vencieran sus temores. Tenían principalmente miedo de que por el sólo hecho de ser vistas recibiendo formación de parte del Sindicato o informando sobre sus enfermedades las despidieran”.
La justicia nicaragüense acaba de dar la razón a dos empleados del hotel que habían demandado a la empresa por haber sido arbitrariamente despedidos, el 31 de enero pasado.
La dirección del Crowne Plaza adujo una supuesta reestructuración del personal, pero la razón real del despido es que ambos tenían un importante grado de incapacidad por accidentes de trabajo y enfermedades profesionales contraídas laborando para este establecimiento por el InterContinental Hotels Group (IHG), el mayor consorcio hotelero del mundo.
Los despedidos fueron Nancy González Granera y Manuel Munguía González.
La mujer, camarera de piso de 26 años, viuda y madre de un niño de 7 años, padece el síndrome del túnel carpiano, daños severos en los nervios de ambas manos, radiculopatía cervical y lumbalgia.
El hombre es cocinero, tiene 38 años y debió ser sometido a varias operaciones por sucesivos accidentes laborales que lo llevaron a padecer graves lesiones en las rodillas.
González Granera inició el proceso de solicitud de incapacidad laboral ante el Instituto Nicaragüense de Seguridad Social (Inss), mientras Munguía ya se benefició de tres resoluciones de incapacidad permanente parcial y una de incapacidad total.
La empresa propietaria del Crowne Plaza les aplicó sin embargo un artículo del Código Laboral que autoriza el despido sin justificación de causa, pero la jueza del caso consideró, siguiendo la opinión del Sindicato, que se trató de licenciamientos arbitrarios.
Tras la resolución judicial, Mercado dijo a La Rel que el Sindicato permanecerá movilizado en defensa de sus afiliados en razón que la empresa apelará el fallo.
“Es una empresa que se acostumbró a atemorizar a los sindicalistas y a su personal, en especial a las mujeres”, había dicho en Brasilia.
El personal del hotel es fundamentalmente masculino. Las mujeres hacen sobre todo labores de camareras de piso. Por lo general son madres solteras y tienen que llevar adelante sus hogares sin ayuda alguna.
“No sólo son víctimas de la represión antisindical que sufre todo el personal. Las discriminan por las enfermedades que están desarrollando por sus propias actividades, como túnel carpiano, tendinitis severa, lumbalgia”, dice Mercado.
En los últimos tiempos el Sindicato había logrado que poco a poco las mujeres se fueran integrando a sus actividades, a los talleres de capacitación.
“La campaña internacional por la dignificación de las camareras de piso impulsada por la UITA vino muy bien para que vencieran sus temores. Tenían principalmente miedo de que por el sólo hecho de ser vistas recibiendo formación de parte del Sindicato o informando sobre sus enfermedades las despidieran”.
Represión sindical y machismo
Doble carrera de obstáculos
Cuando se iniciaron las reuniones sindicales las mujeres eran una ínfima minoría: 8 sobre 160 trabajadores.
“Luego aumentó la participación, comenzaron a preguntar más e incluso a pedir participar en las elecciones a la junta directiva”, pero el despido de Nancy González Granera fue un balde de agua fría.
“Regresaron los miedos, y nos costó que volvieran a vencerlos”, cuenta Mercado.
Y hay otros temores a quebrar. El machismo es uno de ellos. El machismo de sus propios compañeros de Sindicato.
“Los hombres creen que las mujeres que participan en la vida sindical están invadiendo su espacio. Cuando se va a negociar acuerdos los varones toman la rienda, se les da naturalmente. En las discusiones se dan la palabra entre ellos e ignoran a las compañeras”.
El Sindicato “Gutiérrez y Martínez” es uno de los dos únicos gremios obreros existentes en el sector hotelero nicaragüense, junto con el del Hotel Las Mercedes. “Este es un sector en el que el antisindicalismo campea”, señala Mercado.
Pero el Sindicato del Crowne es fuerte. Tiene más de 35 años de antigüedad y se ha ganado el respeto de la dirección de empresa. “A fuerza de lucha, por supuesto”, precisa Mercado para aclarar las cosas. “Nadie nos regala nada, los patrones entienden cuando uno se les enfrenta”.
El convenio colectivo que firmaron ha permitido a trabajadores y trabajadoras asegurarse una canasta básica, el pago del transporte y la comida, ayudas para estudiantes, beneficios como la entrega de anteojos.
Y el Sindicato logró que la carga de trabajo de las camareras de piso sea “razonable”, muy inferior a la impuesta en otros hoteles del país.
Pero no es fácil que la empresa respete la ley de igualdad de oportunidades vigente en el país. La viola continuamente.
En mayo, Mercado envió una carta a la vicepresidenta Rosario Murillo denunciando esa situación, una queja que elevó también al Ministerio de Trabajo, y en julio se reunió con dos diputadas para hablar del mismo tema.
La sentencia judicial de este mes, si es confirmada en segunda instancia, puede ser un aliciente para que las trabajadoras -no sólo ellas, también sus colegas hombre - logren alejar tal vez definitivamente el fantasma del temor a la organización sindical.
Martha Mercado lo decía en julio: “estamos perdiendo el miedo”.
“Luego aumentó la participación, comenzaron a preguntar más e incluso a pedir participar en las elecciones a la junta directiva”, pero el despido de Nancy González Granera fue un balde de agua fría.
“Regresaron los miedos, y nos costó que volvieran a vencerlos”, cuenta Mercado.
Y hay otros temores a quebrar. El machismo es uno de ellos. El machismo de sus propios compañeros de Sindicato.
“Los hombres creen que las mujeres que participan en la vida sindical están invadiendo su espacio. Cuando se va a negociar acuerdos los varones toman la rienda, se les da naturalmente. En las discusiones se dan la palabra entre ellos e ignoran a las compañeras”.
El Sindicato “Gutiérrez y Martínez” es uno de los dos únicos gremios obreros existentes en el sector hotelero nicaragüense, junto con el del Hotel Las Mercedes. “Este es un sector en el que el antisindicalismo campea”, señala Mercado.
Pero el Sindicato del Crowne es fuerte. Tiene más de 35 años de antigüedad y se ha ganado el respeto de la dirección de empresa. “A fuerza de lucha, por supuesto”, precisa Mercado para aclarar las cosas. “Nadie nos regala nada, los patrones entienden cuando uno se les enfrenta”.
El convenio colectivo que firmaron ha permitido a trabajadores y trabajadoras asegurarse una canasta básica, el pago del transporte y la comida, ayudas para estudiantes, beneficios como la entrega de anteojos.
Y el Sindicato logró que la carga de trabajo de las camareras de piso sea “razonable”, muy inferior a la impuesta en otros hoteles del país.
Pero no es fácil que la empresa respete la ley de igualdad de oportunidades vigente en el país. La viola continuamente.
En mayo, Mercado envió una carta a la vicepresidenta Rosario Murillo denunciando esa situación, una queja que elevó también al Ministerio de Trabajo, y en julio se reunió con dos diputadas para hablar del mismo tema.
La sentencia judicial de este mes, si es confirmada en segunda instancia, puede ser un aliciente para que las trabajadoras -no sólo ellas, también sus colegas hombre - logren alejar tal vez definitivamente el fantasma del temor a la organización sindical.
Martha Mercado lo decía en julio: “estamos perdiendo el miedo”.