Las mentiras de la recuperación española
Los bancos zafaron pero los trabajadores siguen perdiendo poder adquisitivo
-Se dice desde el gobierno que se está saliendo de la crisis. ¿Es así?
-Con el rescate lo que se posibilitó es que el sistema económico sí supere la crisis, pero eso no se refleja en las economías familiares.
Por el contrario, se ha dado una pérdida del poder adquisitivo de los españoles cercana al 20 por ciento.
En estos cuatro años de crisis las desigualdades se ampliaron.
Somos el segundo país europeo en desigualdad social y el poco empleo que se genera es precario, con sueldos muy bajos y contratos temporales, lo que no permite a las familias acceder a otras cosas que no sean los bienes de primera necesidad.
-Hace un tiempo se hablaba como un desastre el alto porcentaje de los trabajadores que ganaban mil euros, y ahora quien accede a ese salario se considera un privilegiado…
-Sí, ahora ser mileurista es preferible a ganar el mínimo, que es menor a los 700 euros y está congelado por la crisis.
En este tiempo los trabajadores hemos perdido cerca de un 9 por ciento de nuestro salario con relación al IPC, mientras que los salarios ejecutivos han aumentado 30 por ciento.
Hoy por hoy ganar mil euros es prácticamente un lujo, pero con esa plata no se paga una hipoteca y mucho menos un alquiler por lo que estamos ante un escenario de nuevos esclavos.
Si es duro no tener un empleo es aún peor trabajar y no poder subsistir. De hecho, de no ser por el entramado social, muchos compatriotas no tendrían cómo sobrevivir.
En esta coyuntura vemos cómo las tasas de emigración son más altas que las de inmigración, cómo los jóvenes profesionales son los que más se van del país y los inmigrantes que estaban también se están volviendo a sus países de origen.
-Hay datos de que 1,5 millones de hogares no tienen ningún tipo de ingresos.
-Sí, la protección social llegó a cubrir el 85 por ciento de los desempleados. Actualmente son 50 por ciento los parados y entre ellos se encuentran los 1,5 millones de hogares que no perciben ningún tipo de renta.
Los sindicatos hemos negociado con el gobierno una renta mínima de 440 euros para esas familias, lo que ha mitigado en algo su situación.
Por otra parte desde UGT y CCOO presentamos una iniciativa legislativa popular al parlamento solicitando un ingreso mínimo a esas familias que les permita pagar luz, agua, gas, lo básico.
La crisis ha influenciado inclusive en la alimentación: se ha pasado de comer hidrato de carbono a comer carbohidratos, hay un consumo abundante de pastas en detrimento de la carne de pollo, por ejemplo, y esta monodieta a la larga traerá problemas de salud.
-La dieta mediterránea se va con las crisis…
-En parte sí, porque te ves obligado a consumir productos baratos y abundantes y no pescado ni carne, y por lo tanto no tienes una alimentación nutritiva y rica.
Otro factor muy importante de la crisis tiene que ver con la emigración de los jóvenes con formación universitaria. Esto en el largo plazo tendrá un impacto social porque quienes se quedan son los hijos de los ricos. Esto está provocando un cambio en las élites sociales.
Vamos a perder lo que ganamos en el proceso de transición democrática, vamos a perder en ideología la dirección del país.
Se ha comprobado que en empresas extranjeras, en transnacionales, las contrataciones de profesionales y técnicos están volcadas hacia egresados de escuelas privadas, a las que solo puedes acceder si tienes nivel económico elevado.
-¿Cuáles son las principales reivindicaciones que el movimiento obrero llevó al 1 de Mayo?
-Principalmente reivindicamos que solo hay recuperación económica si hay recuperación salarial, si recuperamos el poder adquisitivo, porque hay muchas empresas que ya vienen obteniendo ganancia.
Reivindicamos, además, empleos dignos y de calidad y que todos los trabajadores de este país puedan tener una renta.
